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Tsipras rompe el pacto con la troika

El presidente griego, Karolos Papoulias, toma juramento al nuevo Gobierno, en el palacio Presidencial de Atenas
El presidente griego, Karolos Papoulias, toma juramento al nuevo Gobierno, en el palacio Presidencial de Atenaslarazon

Todo hombres, cercanos al líder supremo de la izquierda radical, Alexis Tsipras y bajo la premisa de máxima sobriedad. Grecia ya tiene nuevo gobierno.

Todo hombres, cercanos al líder supremo de la izquierda radical, Alexis Tsipras y bajo la premisa de máxima sobriedad. Grecia ya tiene nuevo gobierno. En un día marcado por la muerte de dos pilotos griegos en el accidente aéreo de Albacete –se decretó tres días de luto oficial en el país– el recién estrenado primer ministro anunció quienes serán los ministros de su Ejecutivo. Antes de hacerlo público, Tsipras, que llegó al Palacio Maximos en su propio coche, mantuvo numerosas reuniones en su nuevo despacho, en donde ayer mismo se cambiaron los cuadros de las paredes. En línea con la que será su nueva política exterior, el domingo se entrevistaba con el embajador ruso en Atenas, mientras que ayer abría las puertas del Palacio Maximos, al representante chino en Grecia, Zou Xiaoli.

El relevo al frente del gobierno fue de lo más frío, Antonis Samaras, primer ministro saliente, ni siquiera acudió a saludarle. En este ambiente hostil, el líder de Syriza dio forma a su combativo gabinete. Al frente del ministerio Fiscal, Yannis Varufakis. No fue una sorpresa, pues él mismo lo filtró en su blog antes de la confirmación oficial (parece que el tema del protocolo no funciona en la Coalición de Izquierda Radical), aunque su nombre ya sonaba desde el domingo. Será este profesor universitario el encargado de lidiar con los nuevos términos de renegociación de la deuda contraída con la Troika. También tendrá un peso especial el titular de Economía, Giorgios Stathakis, otro de los que dieron forma al programa económico de Syriza. Quien se quedó sin cartera fue Yianis Milos, a quien también se apunta como responsable del área económica, autor de «La feria de Tesalónica», el manual antiausteridad de Syriza. Como viceprimer ministro, Yanis Dragasakis, uno de los hombres de confianza de Tsipras, aunque bien es cierto que todo el gabinete, integrado por diez carteras, un viceprimer ministro y un ministro de Estado, –Nikkos Pappas, hasta ahora director de la oficina política de Syriza–, está compuesto por los fieles del «premier». Las quinielas se cumplieron con Panos Kamenos (líder del partido con el que gobernará en coalición, Griegos Independientes, ANEL), que estará al frente del ministerio de Defensa. Otros miembros de ANEL tendrán puestos de relevancia dentro del nuevo gabinete, aunque sólo una cartera. El titular de Sanidad, Panayiotis Kurumblis, es un político invidente después de haber sido víctima de un ataque de los nazis cuando tenía 10 años. No habrá ninguna mujer en el nuevo gabinete, una circunstancia que va en contra de la dinámica europea, pero sí un ministerio de lucha contra la corrupción, al frente del cual estará Panayiotis Nikoludis, mientras que el nuevo jefe de la diplomacia será Nikos Kotzias y el del Interior, Nikos Vutisis. Por cierto que, un buen número de ministros sí juraron su cargo ante el arzobispo Jeronimo en la que fue una ceremonia religiosa de la que el lunes prefirió prescindir el líder del Ejecutivo. Entre ellos, el líder de Griegos Independientes.

Sin embargo, hasta que el equipo no reciba la luz verde en el Consejo de los Helenos tras el acto de investidura, trámite que probablemente se lleve a cabo la semana que viene, no ocuparán oficialmente el cargo. Es decir, ahora mismo, Tsipras es un gobernante sin gobierno oficial. Aun así, el primer ministro ya dejó caer ayer cuáles serán sus primeras medidas al frente del nuevo Ejecutivo heleno. Acometerá en primer lugar la subida del salario mínimo hasta los 751 euros, así como reintroducir regulaciones con respecto a la negociación salarial colectiva.

También se centrará en las medidas para que los contribuyentes reciban mejores condiciones para pagar impuestos atrasados y sus contribuciones a la Seguridad Social. El proyecto de ley prevé que los nuevos planes de tasas oscilen entre el 20 y 30% de los ingresos anuales de los contribuyentes altamente endeudados. Entre sus prioridades también está el plan de evaluación de la función pública con el que se pretende volver a contratar a un elevado número de funcionarios que fueron despedidos tras los recortes. También, dentro de este mismo plan, se encuentra la reapertura de la televisión pública que fue cerrada en 2013, cuando Dimar (la izquierda moderada, ahora fuera del Parlamento) abandonó la coalición con Nueva Democracia y Pasok. El problema del paro, que supera el 26%, también lo tiene marcado en rojo el nuevo ministro de Trabajo, Panos Skurletis, mientras quiere implementar de inmediato una de las promesas electorales más polémicas: la gratuidad de la electricidad permitirá que unos 300.000 hogares que viven bajo el umbral de la pobreza queden exentos de la factura eléctrica. El nuevo responsable de Finanzas, Yanis Varufakis, aseguró que las negociaciones de la deuda no continuarán con la troika de tecnócratas que representan a los acreedores internacionales.

Todas estas promesas deberían guiarse hacia las reformas estructurales de un país al que le queda mucho para acercarse a los estándares europeos. Como curiosidad, en Grecia no existe el registro catastral, un hecho que no hace sino aumentar la inestabilidad del mercado inmobiliario. Con el reparto de carteras se da así el pistoletazo de salida que promete cambiar Grecia de arriba a abajo, aunque las dudas sobre la viabilidad de una coalición de ideología tan dispar siguen presentes. La oposición, especialmente To Potami, Pasok y Nueva Democracia, ya mostró su rechazo al nuevo equipo de Tsipras.