Un ejército de 30.000 terroristas en Europa

El Estado Islámico ha vuelto a lanzar este año amenazas contra Europa –en concreto contra España– y llamadas a imitar los atentados de Francia. Están dirigidas a sus «actores (mal llamados «lobos») solitarios» con el fin de que perpetren acciones criminales con todos los medios a su alcance. Y hay que tener en cuenta que el número de yihadistas que hay en el continente y que podrían entrar en acción en cualquier momento, según fuentes de Interpol, es de 30.000. Los «solitarios» no están tan aislados como se pretende hacer creer y operan bajo el mandato de un coordinador, que podría estar en Francia o Turquía, y siempre bajo el mandato máximo de la «dirección de operaciones en el exterior», que los expertos sitúan ahora en Afganistán. El Daesh o Estado Islámico no ha tenido más remedio que echar mano de estos «actores solitarios» dada la precariedad en que se encuentra tras las derrotas en Irak y Siria.

En la primera amenaza de este año, les pedía que atacaran a España. Apareció en una de sus páginas en Telegram (Muharar al Ansar) y recomendaba el uso de armas, vehículos de todo tipo o cuchillos para atacar a los «infieles». Junto a la proclama se insertaba un cartel en el que se distingue la Sagrada Familia de Barcelona, lo que demuestra que los yihadistas no han renunciado a este objetivo. Los terroristas, como ha quedado demostrado en algunos ataques habidos en Europa, actúan bajo el mandato del citado coordinador que ha llegado a darles instrucciones hasta minutos antes de actuar. De hecho, esta circunstancia está recogida en las diligencias judiciales abiertas por dichos atentados. No se trata de conjeturas, es una realidad muy a tener en cuenta. En uno de sus últimos manuales, escrito en turco, el Estado Islámico daba instrucciones para la confección de artefactos explosivos; el modo de causar el mayor número de víctimas con camiones u otro tipo de vehículos; incendios forestales y, aquí está la novedad, provocar accidentes de tráfico. El manual consta de unas 70 páginas, con numerosas ilustraciones, y exige a los yihadistas que ataquen ciudades de Europa. Los expertos subrayan la dificultad de combatir este tipo de terrorismo, que se adoctrina a nivel personal siguiendo las directrices de Daesh o Al Qaeda. A este peligro hay que añadir el regreso a Europa de los «combatientes» que viajaron a Siria e Irak para unirse a la filas del Estado Islámico y otros grupos yihadistas.