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Una legislación mal planteada

La Razón
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La ley aprobada ayer parece haber dividido en dos a la sociedad francesa. ¿Es así?

–Esa imagen corresponde a la realidad. Hay una fractura en la sociedad francesa sobre este tema porque no sólo se ha movilizado la derecha, sino que el rechazo a la ley ha aglutinado otros sectores sociales.

¿Qué aspecto es el que provoca más rechazo entre los franceses que han salido a la calle?

–El gran problema, a mi juicio, es que implica la adopción por parte de las parejas homosexuales. Esto es lo que moviliza a mucha gente. Y también la impresión de que cambiará la formulación del propio matrimonio heterosexual. La ley ha estado mal planteada, mal gestionada. Luego habrá que ver la polémica sobre la reproducción asistida.

¿No denota cierta resistencia de la ciudadanía al cambio?

–Es que no todos los cambios son buenos y, además, los derechos de los niños también existen. Si en la ley el derecho a adoptar estuviera bien regulado, podría pasar, pero es exagerada y por eso ha aglutinado a una oposición que va más allá de los conservadores católicos. Claro que hay gente en contra de los homosexuales, pero son una minoría.

¿Tendrá un coste político para Hollande la aprobación de las bodas gays?

–Bueno, la movilización también es un reflejo del desgaste del Gobierno y se añade al desgaste general de François Hollande. Además, puede que se esté usando también como un pretexto para alimentar las manifestaciones. El Gobierno es poco popular porque la gente no entiende muchas de las medidas que se han tomado, al igual que ocurre en otros países a raíz de la crisis, como la subida de impuestos. Y eso alimenta el desgaste.

La oposición, y en concreto la UMP, ¿está sacando algún tipo de rédito político del movimiento antimatrimonio gay?

–La movilización no la han generado ni provocado los partidos políticos. La contestación de esta ley no viene de arriba ni de la oposición. Hay miembros de la UMP que apoyan la ley y otros no.

¿Que tipo de movimiento es «Frigide Barjot»?

–Es un movimiento que surge al calor de la ley contra el matrimonio homosexual y que tiene un sólo objetivo: tumbar el proyecto, aunque ahora dice que van a presentar candidatos a las próximas elecciones municipales y dar así el paso a la política. Lo que está claro es que ha demostrado tener un gran poder movilizador. Se habla incluso de que es un fenómeno como el Tea Party, que partiendo de un tema socialmente sensible, llega a mucha gente.

¿Tiene alguna posibilidad de prosperar el referéndum que piden los contrarios a la nueva ley?

–No creo. Aunque es una manera de seguir haciendo presión. cuando comenzó la redacción de la ley, Hollande hizo demasiadas concesiones a los sectores más radicales en defensa de los derechos de los homosexuales. Hubiera podido plantear un texto más moderado.