Estados Unidos
Una situación insostenible
¿Existe en nuestros días alguna población en el mundo que viva bajo constante amenaza terrorista? ¿Que la vida se interrumpa porque , no se sabe cuándo, surcará un misil el cielo con destino a su casa, su oficina o el colegio de sus hijos? La respuesta es sí. Existe una población de tres millones y medio de personas que en la última década ha sufrido el impacto de un misil cada siete horas. Son los habitantes del sur de Israel. De Sderot, Netivot, Mefalsim y otras poblaciones que lindan con la frontera de Gaza. Una situación inaceptable e insostenible para cualquier país. El motivo de tal afrenta no es político. En la franja de Gaza (320 km2) que bordea el mar Mediterráneo no hay presencia israelí desde el año 2005. No hay ni ocupación ni asentamientos. Tampoco es económico. Estamos comprobando que el Gobierno de Gaza, Hamás, gasta ingentes cantidades de dinero para proveerse de misiles de corto y medio alcance de fabricación siria e iraní.
¿Para qué esta guerra? Porque Hamás no tolera un estado judío a su lado. Hamás reivindica todo el territorio israelí y palestino para su anhelado califato como de Iraq. Hamás imita a los Hermanos Musulmanes, al ISIS, a Al Qaeda, a Boko Haram y a grupos fanáticos religiosos. Hamás no busca ni la protección, ni el bienestar, ni la prosperidad de su pueblo, sino la destrucción de Israel. Lo dice claramente en sus bases fundacionales y lo demuestra bombardeando una estación de gas, una central nuclear o aeropuertos civiles. Busca destruir a Israel. Busca blancos civiles. Ése es el objetivo. Los misiles (no caseros) de Hamás han alcanzado estos días ciudades que están a más de 130 km de Gaza, poniendo al 80% de la población israelí en su punto de mira, sembrando el terror entre los israelíes. Israel invierte tiempo, esfuerzo y dinero en formar militarmente a sus soldados, dotándoles de valores éticos, y en investigar acerca de sistemas eficaces defensivos (como la Cúpula de Hierro). Sus Fuerzas Armadas tienen como objetivo principal proteger a la población civil. En Gaza, lamentablemente, son los líderes de Hamás con sus arsenales, escondidos bajo tierra, en hospitales y escuelas, quienes alientan y obligan a los civiles a permanecer en los edificios a pesar de los avisos del Ejército israelí de evacuación previos a un ataque. ¿Qué ejército del mundo avisa del momento y del lugar que va a atacar para evitar víctimas civiles? Tzahal, el Ejército de Israel lo hace y los propios palestinos lo confirman.
Los objetivos de Tzahal son militares, arsenales de armas, lanzaderas de misiles y los cabecillas de los movimientos terroristas. Cabe recordar que Hamás es considerado oficialmente como grupo terrorista por la UE y Estados Unidos. Y para los que hablan de desproporción, yo les preguntaría, ¿cuál sería la proporción justa y adecuada para responder a ataques indiscriminados contra poblaciones civiles? Este conflicto tiene un nombre: Hamás y el fanatismo islamista. Y una solución: «La paz llegará cuando los árabes amen a sus hijos más de lo que nos odian a nosotros», decía la Primera Ministra israelí Golda Meir.
Isaac Querub, Presidente de la Federación de Comunidades Judías de España
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