Sevilla

José Menese: «En Sevilla soy un proscrito»

José Menese: «En Sevilla soy un proscrito»
José Menese: «En Sevilla soy un proscrito»larazon

Vive José Menese en el campo, que bastante ha tenido ya tantos años con el tráfago de la ciudad y los ires y venires y las prisas. Cuando le llamamos a su casa es su mujer, Encarna, quien descuelga el teléfono y nos pasa al maestro, un hombre afable, un grande. «Soy de los pocos que quedan», dice para abrir el fuego. A finales de junio será una de las estrellas de este encuentro en el que se dan cita las vacas sagradas junto a nombres que están en el camino y otros que emergen. Volverá, como suele hacer cada cierto tiempo, a Madrid, una ciudad de la que se emociona al hablar.

-¿Qué le ha dado la capital a José Menese?

-A Madrid le debo lo que no está en los escritos, todo. Es un honor volver y estar allí cada vez que me llaman. Fíjate que llegué con diecinueve años, junto a Chumy Chúmez, que me trajo en una moto, y allí me quedé. Me siento muy querido.

-Llena cada vez que se anuncia que canta.

-No quiero pecar de vanidoso, pero así es. No hay entradas. Imagínese cómo me puedo sentir después de tantos años de trabajar y trabajar. En cambio, en Sevilla, que es mi tierra, soy un proscrito. ¿Cómo te suena? Y no sé por qué será. He sido rebelde y muy sincero y quizá haya quien todavía no me haya perdonado alguna cosa. Le debo a Madrid mucho más que a Sevilla.

-¿Qué veremos en la Suma en «50 años de cante», con Rancapino y José de la Morena?

-Un poco de todo, de mi arte. Siempre me hago mis chuletas para tener mi orientación e ir combinando, porque calibro mucho los recitales y los cantes que suelo hacer, que sean lo más puro posibles. Voy alternando. Si hago algo más lento lo combino después con más ritmo, con más brío, y así queda equilibrado.

-Cincuenta años de carrera dan para mucho.

-Muchísimo. Han sido fundamentales en mi vida, porque tengo 71. Desde chico siempre me interesó lo bueno, es una gracia que me dio mi madre. He tratado de buscar lo que me enriquecía. Fíjate que hace unos días le preguntaba a mi mujer: «Encarna, ¿cómo me consideras culturalmente hablando?», y ella me respondía que estupendamente y eso que a mi me quitaron de la escuela con trece años para ayudar a mi padre. Sin embargo, todo me ha interesado: la pintura, la escritura, la literatura, el fútbol, aunque ahora menos...

-Le han elogiado escritores y poetas, desde Alberti a Blas de Otero, Ramón Chao o Gala. Y ha sentido la incomprensión por decir lo que no se podía en otros tiempos. Cuando usted empezó a cantar en el Auditorio Nacional de Madrid le debían mirar como a un bicho raro...

-Era una revolución, allí estaba cada año y vuelvo en octubre, el público es muy fiel y disfrutador. No era lo habitual que se abriera la puerta al flamenco. O en el Teatro Real. La cosa es hoy distinta. Ay, si es que le debo la tira a esa ciudad.

-¿Es «Antología» un resumen de su flamenco?

-Es mucho, mucho. Empiezo con una nana, yo, cantando una nana, cuya música cogí de don Manuel de Falla. Canto también la farruca y cantos lentos, por tientos, soleás y seguiriyas.

-¿Con cuál se siente en su salsa?

-Soy muy seguiriyero. Es el cante con el que más me abro.

-Después de medio siglo de trabajo, no sé si ha pensado en la retirada.

-Soy bastante supersticioso y no lo pienso. Vamos a hablar de otra cosa, anda.

-Se refiere al cante y flamenco puro. ¿Qué piensa de la nueva generación que están llegando?

-Pues que ahí están, pero le digo que no son ninguno para tirar cohetes. Hay lo que hay, no lo puedo decir más claro. Y lo que hay es demasiada prisa. No sé qué les pasa a estos chavales con tanta carrera, con tanto correr para llegar. Si miramos el mundo que hemos vivido los de mi generación y el que se vive hoy vemos una diferencia abismal. Nosotros nos formamos de una manera y hoy se está en otro mundo, con otras preocupaciones y en otras historias. La sustancia que nosotros teníamos no existe hoy, no la hay. Hoy veo tanta mentira que me apabulla.

-Ese «nosotros» engloba a tantos otros maestros como usted que hoy siguen en los escenarios y de quien nos dejó hace tan poco, a Paco de Lucía.

-Soy muy gitanero y hay pérdidas que no se entienden ni sé cómo se pueden explicar. Porque me parece tan absurdo que se nos fuera un hombre tan bueno, un genio como él y que se queden otros... En fin, hay que seguir para adelante y mirar al futuro.