Doña Sofía: 80 cumpleaños con la familia al completo

Celebró su aniversario rodeada de todos los suyos. El encuentro dejó una imagen histórica: la vuelta de Doña Cristina a la foto oficial, lo que no se producía desde 2014.

Anoche la Reina Sofía terminaba los festejos por su onomástica con una prolongada ovación como parte de uno de los regalos que más agradeció: un concierto de su afición favorita, la música, que se celebró en la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid, con su admirado Zubin Mehta (y dirigido por Plácido Domingo) en el que tuvo a su derecha a su querido hermano Constantino, que a pesar de «estar muy malito» se había desplazado desde Grecia para no faltar en un día tan emotivo para la reina Emérita. No solo él y su esposa Ana María estaban a su lado. Ese palco lo ocupaban las personas que han acompañado en estas décadas a Doña Sofía: sus primos, sus amigos e incluso, el Jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín, remarcando la importancia de este homenaje público. No faltaron Farah Diba, Noor de Jordania, la infanta Doña Pilar y Paloma O'Shea, entre otros asistentes. A las ocho de la tarde y sin que sirva de precedente, la Reina llegaba puntual a la cita, aunque era su día y podía haberlo hecho con esos diez minutos que siempre le faltan.

La Escuela Reina Sofía, que al ser nominal puede seguir presidiendo honoríficamente, le ofreció un concierto precedido y clausurado con ovaciones y siguiendo el hilo de normalidad de la jornada. La acompañaba su marido, que había regresado de Galicia expresamente para estar junto a ella y que no se cambió de traje ni de corbata, de color naranja. Sin embargo, Doña Sofía, quiso lucir de cóctel en seda blanca y negra engalanada con sus simbólicas joyas. Una jornada que el Rey Felipe, le había organizado para que tan señalada fecha, 80 años, no pasaran desapercibida. LA RAZÓN adelantó la iniciativa del hijo pequeño, que contó con el apoyo de su nuera Letizia en el menú orgánico y saludable (ensalada, pescado con verduras y tarta). Lucía un vestido muy discreto para no eclipsar a la protagonista de la jornada.

Don Felipe personalmente se encargó de convocar a un almuerzo a toda la familia. Si alguien tenía duda de si asistiría la infanta Cristina se disiparon inmediatamente las conjeturas con las fotos oficiales en la escalinata del palacio de La Zarzuela: ahí estaban las infantas Elena y Cristina acompañadas de todos sus hijos –los que estudian aquí y los que están matriculados fuera–. La foto de los 14 dejaba claro que el almuerzo era en el palacio, residencia oficial de los reyes Eméritos y que hay una primera línea con los cuatro reyes, la princesa de Asturias y la infanta Leonor mientras que un escalón por detrás se sitúa la familia del Rey, con sus dos hermanas y sus seis hijos. Por primera vez el lugar de honor lo ocupaba la homenajeada, flanqueada por sus dos reyes y detrás de ella, sus hijas.

Todos agradecidos a don Felipe por tan feliz iniciativa. Con esta celebración se despeja cualquier atisbo de roces familiares. La homenajeada pidió que no se le hicieran regalos, pero fue imposible obedecerla: un broche muy especial, un vídeo, unos dibujos y fotos con relatos, fueron algunos de los presentes, aunque el mejor sin duda, era reunir a la familia y a los amigos. Ella, que disfruta muchísimo de sus nietos, de los que hasta aprende su lenguaje, no podía imaginar mejor plan para pasar su cumpleaños.