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El cadáver será incinerado tras el funeral en la catedral de Sevilla

Los restos mortales de la XVIII duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva, fallecida hoy en Sevilla, serán incinerados mañana -tras el funeral que se oficiará en la catedral hispalense- en el cementerio de San Fernando y después sus cenizas serán llevadas a la iglesia del Cristo de los Gitanos, del que era muy devota, donde quedará una parte.

Fernando Martínez de Irujo, uno de los seis hijos de la duquesa de Alba, ha confirmado que los restos mortales de su madre reposarán, una vez incinerados, repartidos entre la iglesia del Cristo de los Gitanos en Sevilla y el panteón familiar que tienen en el convento de las Madres Dominicas en Loeches (Madrid).

La misa funeral la oficiará a las doce de la mañana en la catedral de Sevilla el cardenal arzobispo emérito hispalense Carlos Amigo Vallejo.

Una hora antes se cerrará la capilla ardiente instalada en el ayuntamiento de Sevilla (que reabrirá mañana a las nueve de la mañana), desde donde saldrá el cortejo hacia la catedral, distante unos doscientos metros.

Fuentes municipales dijeron a Efe que el féretro será llevado en un coche fúnebre y detrás irán a pie los familiares, autoridades y amigos de la fallecida.

Tras las exequias, los resto mortales de la aristócrata serán llevados al cementerio de San Fernando (en la zona norte de Sevilla), donde serán incinerados en la estricta intimidad, según las mismas fuentes.

La familia, siempre según las mismas fuentes, no acudirá al cementerio.

Después las cenizas serán entregadas en el cementerio de San Fernando a la Junta de la Hermandad del Cristo de los Gitanos, que las llevará directamente a su templo, no muy lejano del palacio de las Dueñas, la que fue su residencia sevillana y donde ha fallecido hoy.

Parte de las cenizas se depositarán bajo el Cristo de los Gitanos, en el altar mayor de la capilla de esta hermandad, durante una ceremonia que se celebrará entre las 18 y las 19 horas local, a la que asistirán los familiares de la duquesa, precisaron las fuentes.

El templo de los Gitanos, ubicado en la calle Verónica, en pleno casco antiguo de Sevilla, fue financiado por la duquesa fallecida, desde siempre muy unida a este famoso Cristo sevillano.

Todas las madrugadas del Jueves Santo, cuando sale en procesión por las calles de Sevilla, el Cristo de los Gitanos pasa por delante del palacio de la Dueñas y salvo en contadísimas excepciones, la Duquesa fallecida siempre salía a recibirlo, le colocaba un ramo de flores y se cantaba una saeta. Después proseguía la procesión.

En la iglesia de los Gitanos hay un manto donando por la duquesa fallecida con el escudo del ducado de Alba.

La hermandad del Cristo de los Gitanos, a lo largo de su historia ha llevado una vida "nómada", alojándose en diferentes iglesias sevillanas, hasta que la duquesa de Alba financió el templo actual.

En la capilla ardiente ha sido colocado junto al féretro un cuadro del Cristo de los Gitanos y otro de la Virgen de las Angustias, también de la hermandad.