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Alfonso Díez: La segunda juventud del viudo de Cayetana
A los 67 años, vive su mejor momento, después de someterse a varios tratamientos. Su exigencia en la consulta: no coincidir con otros pacientes
A los 67 años, vive su mejor momento, después de someterse a varios tratamientos. Su exigencia en la consulta: no coincidir con otros pacientes.
En la consulta del prestigioso cirujano plástico Juan Peña consideran al duque de Alba viudo, Alfonso Díez, un cliente VIP. Son varios años los que lleva visitando el despacho, ubicado en el madrileño Paseo de la Castellana, 134, y siempre a horas en las que el secretismo acompaña. Una persona que le ha visto entrar desvela que «nunca se sienta en la sala, le introducen rápidamente en el despacho del doctor Peña, tiene un trato de favor absoluto». Ese fue el acuerdo al que llegó con la clínica antes de decidirse a pasar por el quirófano: discreción total y no coincidir con otros pacientes.
Ahora se cumplen diez años desde que se supo que Alfonso era novio de Cayetana de Alba. Y fue precisamente la añorada Duquesa la que convenció a quien iba a ser su marido de que se hiciera algunos arreglos estéticos, siguiendo la tónica que ella misma había mantenido en su vida, pues una persona del que fuera su círculo más íntimo cree que «parecía adicta a los retoques».
De aquel funcionario al Díez actual hay todo un mundo. Jubilado, deportista de gimnasio, empedernido lector, de pocos amigos pero muy cercanos, viajero... Ni ejerce de aristócrata ni falta que le hace. Es un hombre elegante y muy culto, pero su cara no es la de antaño. En ella han desaparecido las ojeras, las pequeñas manchas y las arrugas, ya no tiene la mirada cansada, los «pliegues» de la frente o los surcos que marcan la boca. La cirugía ha obrado el milagro.
La semana pasada pudimos verle en uno de los festejos taurinos de la madrileña Feria de San Isidro. Y estaba irreconocible. En su DNI consta que nació hace 67 años (el 15 de noviembre de 1950), pero la realidad que aparenta le ha devuelto un halo de juventud que muchos hombres de su edad envidian. Y no se lo debe a la genética, sino a los pinchazos de vitaminas, el botox en la frente y las patas de gallo, un mayor volumen en los pómulos, la terapia celular y el ácido hialurónico. Hace años también le hicieron una blefaroplastia para eliminar la piel que le sobraba en los párpados.
Terapia celular
Además, posiblemente, y por unos 2.000 euros, le hayan realizado un estudio genético y psicológico en el que se analiza cuál es su grado de envejecimiento celular. Gracias a esto se indica qué tipo de alimentación es la más adecuada para cada sujeto o si es necesario darle un suplemento alimenticio. Es un tratamiento de por vida y que, combinado con métodos estéticos como el peeling, ayudan al paciente a sentirse más joven.
En el centro médico del especialista Juan Peña mantienen la confidencialidad, que es uno de los requisitos más demandados por las figuras públicas que se ponen en sus manos. «Nuestra base de datos es privada y no facilitamos información de nuestros clientes», nos dice una amable, pero hermética, señorita. Eso sí, reconoce que «el señor Díez es cliente de la casa».
La primera vez que Alfonso acudió a la consulta le cobraron 100 euros, solamente, por un diagnóstico. Después, y según el tipo de intervención, de dos mil para arriba. Y muy bien le han dejado, porque ahora luce una piel más tersa y luminosa.
El ex funcionario suele ir al gimnasio y al cine varias veces por semana, pasea diariamente con su perro y hace una vida muy tranquila. Los domingos que está en Madrid come en casa de alguno de sus hermanos. Viaja asiduamente a Palencia, de donde es originario, o queda con sus amigos sevillanos, como Carmen Tello, Curro Romero, las hermanas Cono, el doctor Trujillo y el periodista Antonio Burgos. Uno de sus restaurantes favoritos en esta ciudad, algo que comparte con Curro y Carmen, está ubicado en la localidad cercana a Gines y se llama Chiquita y fría, especializado en pescado y marisco fresco.
Desde hace unos meses vive en su nueva casa madrileña, mucho más grande que su apartamento de soltero, que, según uno de los vecinos, puso a la venta tras tenerlo alquilado. Igualmente, colgó el cartel de «Se vende» en el inmueble que posee en Sanlúcar de Barrameda. El precio inicial era de 450.000 euros.
Pensión vitalicia
No se le ha conocido ni una sola relación amorosa desde que conoció a Cayetana. Siempre fue un hombre fiel y cariñoso con la aristócrata. Y causa estupor y risa que intentaran relacionarle sentimentalmente con Doña Sofía. Díez salió al paso del incomprensible rumor en enero de este año, cuando dijo que la Reina Emérita y él solamente son buenos amigos. De los Alba, si no ha cambiado el acuerdo, recibe 3.000 euros mensuales de pensión vitalicia, a la que hay que unir algo más de 2.000 de su jubilación como funcionario. En su momento se comentó que había «cobrado» tres millones a cambio de renunciar a la herencia que le correspondía por sus tres años de casado con la duquesa. En ello iba incluido el pago por su silencio. A ninguno de los hijos de Cayetana le gustaría que su «padrastro» revelara secretos familiares.
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