Escultura

El «Picasso» de la corrupción sale a subasta

Tras ser detenido por el «caso Malaya» quedaba al descubierto el lujo y el gusto bizarro del asesor de urbanismo de Marbella, Juan Antonio Roca. Un Miró en el baño, cerámicas de Picasso y animales disecados compartían espacio.

«Sin título»: Bonifacio Alonso. 8.500 euros
«Sin título»: Bonifacio Alonso. 8.500 euroslarazon

Tras ser detenido por el «caso Malaya» quedaba al descubierto el lujo y el gusto bizarro del asesor de urbanismo de Marbella, Juan Antonio Roca. Un Miró en el baño, cerámicas de Picasso y animales disecados compartían espacio.

Juan Antonio Roca, ex gerente de urbanismo del Ayuntamiento de Marbella y cerebro de la mayor trama de corrupción conocida en España, lleva diez años en la cárcel de un máximo de 20, tras la acumulación de condenas además de tener que hacer frente a una multa de 240 millones de euros. Sus culpas: prevaricación, fraude, cohecho, blanqueo de capitales y delito fiscal. La situación procesal del ex asesor de Urbanismo hace difícil la «refundición» de penas, ya que está pendiente de celebrar otros 110 juicios y procedimientos en fase de sentencia firme, en trámite de informes o en fase de juicio, según un auto dictado por los magistrados que emitieron la sentencia del «caso Malaya».

La etapa de Roca como gerente de los asuntos urbanísticos marbellíes comprende los años 1991-2006. No tenía cargo electo a pesar de que poseía una posición de «dominio» sobre la corporación municipal andaluza, ejerciendo, incluso, durante años como «alcalde de hecho» mientras los concejales hacían caso omiso a sus tejemanejes.

Armadura samurái

La detención de Roca, en 2006, dejó en evidencia el bizarro gusto estético del «capo» de Marbella y principal condenado en el «caso Malaya». Un cuadro de Miró encima de la bañera de uno de sus cuartos de baño, taburetes hechos con patas de animales, además de leones, tigres y elefantes disecados, decoraban sus fincas. Pero también poseía varios carruajes, un autobús de época restaurado, coches de alta gama, trajes de torero y hasta una armadura de samurái. El propio Roca reconoció en uno de los juicios que, gracias a su astucia empresarial que compatibilizó con el trabajo en el Ayuntamiento, acumuló un patrimonio de 210 millones. Su alto nivel de vida no se correspondía con el salario de gerente, aunque el ahora preso no dudó en contestar en su momento que «con 12.000 euros mensuales se puede vivir muy bien. Y llevar a los niños a un buen colegio y permitirse algún viaje». Pero parece que él se permitió mucho más a juzgar por su patrimonio: casas, hoteles, locales, solares, incluso una yeguada de pura raza española a su nombre.Y, lo más valioso, una finca, La Loma, en Murcia, valorada en 27,5 millones.

Juan Antonio Roca tenía lujos que sólo grandes fortunas podían permitirse. La suya, considerada la cuarta de España, según la revista «Forbes», ascendía a 2.400 millones. Y entre esos lujos, también estaba un avión bimotor de la marca Citation valorado entre 800.000 (de segunda mano) hasta los 20 millones, el más caro que tuvo. Además se encontraba la extravagancia de unos osos polares disecados tras una cacería en Alaska por lo que se le imputó también un delito contra la flora y la fauna.

Asimismo, al empresario le gustaba invertir en obras de arte que adquirió a través de sus sociedades. «Una de las colecciones de arte contemporáneo más importantes por la variedad de sus autores», según el director de arte contemporáneo de Fernando Durán Subastas, Kristian Leahy. De hecho, para salvar la multa pendiente, la histórica casa pone a la venta a finales de mes un lote procedente de los Juzgados de Marbella, entre los que se encuentran más de 200 obras del ex asesor de urbanismo y mano derecha del entonces alcalde de Marbella, Jesús Gil y Gil.

París y Londres

El precio total de salida asciende a 1,4 millones de euros, que podría aumentar un 30%. Son obras en su mayoría adquiridas en subastas internacionales, en París y Londres, sobre todo, así como en importantes galerías de arte de Madrid, y también en ARCO. Dentro del lote de arte contemporáneo que se subastará hay obras de artistas del Grupo de Cuenca (Mompó, Sempere, Rueda), autores informalistas del grupo El Paso (Feito, Canogar, Chirino, Saura y Millares), pintores de la Escuela de París (Bores, Serna, Manuel Ángeles Ortiz), así como dibujos de grandes maestros como Rodin, Toulouse-Lautrec, Miró y Buthaud.

Entre las obras que ahora salen a subasta y que en su día compartieron estancias con leones y tigres, encontramos un óleo-collage de cajetillas de tabaco, «Cerillas verdes», de Gerardo Rueda, valorada en 9.000 euros; un acrílico, «Calles de un mercado», de Manuel Hernández Mompó, de 1962, tasado en 10.000; «Countainer and céramique», de Jean Pierre Raynaud, de 1985, de 15.000; un plato de cerámica de Jean Cocteau, «Perfil con ojo de pez», tres Torres García valorados en 10.000; «Souvenir de Seville» (1956), de Francisco Bores, con un precio de salida de 27.000; la escultura «Le Tétrascopique» de Jean Dubuffet, tasado en 25.000» Jeune Femme assisé», de Hernando Viñes, en 12.000, y un cuadro pequeño del pintor surrealista Óscar Domínguez, con un precio de 10.000.

Un Tunisie de Perriand

De todas llama la atención también un Tunisie, un mueble de diseño de Charlotte Perriand, discípula de Le Corbusier. «Un mueble que podría venderse en 60.000, diez veces más de su precio de salida. Uno muy parecido se vendió en Londres en 2012 por 144.000 y otro está incluido en la colección de arte contemporáneo del Museo Pompidou», explica Leahy.

Para el experto, la pieza estrella de la subasta es un Tàpies de 1955, que fue el primer año en que el artista empieza su etapa de abstracción informalista. «Es una pequeña obra maestra», añade. Juan antonio Roca tenía también en su posesión gran número de piezas relacionadas con la Tauromaquia. Por eso en el «lote Roca» se subastarán también varios trajes de luces completos, impecables, muchos de ellos de la histórica Sastrería Fermín, fundada en 1963, una de las más prestigiosas de este mundillo. Son trajes completos y muchos dedicados a sus propietarios con un precio entre 1.000 y 4.000 euros.

Y con respecto al famoso Miró que el ex asesor de urbanismo tenía encima de una bañera, no está incluido en la subasta de la próxima semana, sino que habrá que esperar a octubre. Quien quiera disfrutar de un Miró, esperemos que no en un cuarto de baño, podrá pujar por él por un precio de salida de 120.000. O quizá prefiera optar a una auténtica armadura de samurái, del siglo XIX y valorada en 125.000.