Actores
Las joyas de la corona de Paquita Rico
Tras retirarse en los 80, la recién fallecida supo invertir el dinero ganado en valiosas piezas de joyería así como en pisos en Madrid y en Sevilla.
En el barrio sevillano de Los Remedios todos recuerdan con inmenso cariño a su vecina Paquita Rico. Su muerte el pasado domingo por la tarde, a los 87 años y por causas naturales, no deja indiferente a nadie. En los últimos meses prácticamente no salió a la calle como solía hacer del brazo de su sobrina Esperanza o de la chica que la cuidaba. Rocío tiene 65 y vive en la misma manzana que la artista. La conoció bien y la recuerda «con mucho afecto. Hablaba con todo el mundo, le gustaba dialogar sobre sus películas, su pasado como actriz, sus éxitos... Fue una mujer sencilla y humilde, pero no salía de casa sin peinarse ni maquillarse como en sus mejores tiempos. Era muy coqueta. Nunca la vi despeinada. Al contrario, a pesar de su edad seguía siendo muy guapa».
Antonio S. conocía a la protagonista de «¿Dónde vas, Alfonso XII?» desde hacía décadas. Vive a las afueras de Sevilla y asegura que en los últimos meses «parecía que tenía pocas ganas de vivir. Ella, que había sido siempre una persona tan alegre, se estaba apagando y su rostro no reflejaba ya tanta felicidad. Lo achacaba a los pesares de la edad, sin darse cuenta de que su vida se apagaba poco a poco. La familia me ha dicho que no ha sufrido, que estaba rodeada de los suyos la noche de su fallecimiento y que nunca le faltó cariño».
Esta misma mañana los restos mortales de Paquita Rico han sido incinerados. Sus cenizas serán depositadas en un columbario de la capilla de la Esperanza de Triana de Sevilla, en el barrio donde nació. La actriz era devota de esta Virgen y pertenecía a la hermandad trianera de esa iglesia desde hace décadas. Su familia ha pedido que todos los actos religiosos se realicen en la más estricta intimidad. Rico era una mujer profundamente religiosa, de rezo diario y misa dominical cuando su salud se lo permitía y no necesitaba valerse de otros para hacer una vida normal. Aunque ya le costaba andar y no podía mantenerse más de unos minutos de pie. Eligió la soledad de su casa para pasar sus últimos años. A pesar de que la invitaban a fiestas, siempre excusaba su presencia. Nada que ver con la Paca que conocimos antaño, aquella septuagenaria de alma juvenil que no se perdía los más importantes actos sociales en Madrid, siempre sonriente y cariñosa con todo el mundo.
Morgan y Montiel
Casi toda su vida residió en la capital, pero hace unos seis años decidió trasladarse a su casa de Sevilla, al edificio que ella compró para regalarle un piso a cada uno de sus hermanos, ya fallecidos. Rico no tuvo hijos, y tras la muerte de éstos, sus únicos herederos son sus sobrinos. No se conoce la cuantía económica de la herencia, pero sí que era dueña de importantes y valiosas joyas, así como de propiedades inmobiliarias en Madrid y Sevilla. El joyero de la actriz era comparable al de otras coetáneas como Sara Montiel, Lina Morgan y Marujita Díaz. Las cuatro eran coleccionistas de pulseras, pendientes y collares que lucieron en todos los eventos sociales a los que acudían. Precisamente, la fallecida trabajó por última vez junto a Lina Morgan en la serie televisiva «Hostal Royal Manzanares».
Una persona cercana afirma que tras retirarse, en los 80, «había ganado mucho dinero y contaba con muy buenos asesores que la ayudaron a invertir. Las películas en las que participó le propiciaron buenos dividendos y tenía un administrador que será quien haga público su testamento ante notario. La herencia se repartirá entre sobrinos y primos».
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