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María Teresa y Bigote, ¿ruptura total?

La pareja vive distanciada en estos momentos, aunque la presentadora ha pedido a su entorno que no se vaya de la lengua para salvaguardar los seis programas que quedan por emitir del «reality» «Las Campos», en los que todo era idílico con el humorista. Ella se ha dado un tiempo de reflexión para ver si superan una crisis de confianza ante la supuesta infidelidad de él

Dos años de noviazgo. Tras semanas de rumores María Teresa Campos y Bigote Arrocet confirmaron su relación de manera pública en agosto de 2014
Dos años de noviazgo. Tras semanas de rumores María Teresa Campos y Bigote Arrocet confirmaron su relación de manera pública en agosto de 2014larazon

La pareja vive distanciada en estos momentos, aunque la presentadora ha pedido a su entorno que no se vaya de la lengua para salvaguardar los seis programas que quedan por emitir del «reality» «Las Campos», en los que todo era idílico con el humorista.

El pasado miércoles María Teresa Campos paseaba sola por Ma-drid. A su lado, cosa inusual, no estaba su novio, Edmundo «Bigote»Arrocet. La veterana periodista acababa de ver en una revista unas fotos de su pareja con otra mujer, Gemma Serrano. En ellas, se ve al chileno y a esa exuberante morena entrando y saliendo del apartamento de soltero que él tiene cerca de la plaza de Castilla madrileña. Una fuente nos confirma el encuentro y las posibles consecuencias: «Pasaron juntos dos horas. María Teresa se encontraba en esos momentos en el plató de “Sálvame”. ‘‘Bigote’’ Arrocet entró antes que su acompañante en el portal para no levantar sospechas y dicen que hay alguna foto más comprometedora todavía, que no se ha podido publicar por problemas legales y que mostraría al humorista en actitud cariñosa con la colaboradora de Radio Intereconomía. La Campos está muy enfadada, hasta el punto de que vive un periodo de “reflexión” con Bigote. Han decidido darse un tiempo y ya veremos si superan o no una crisis que se ha convertido en insoportable».

María Teresa, obsesionada con el tema de las infidelidades, nunca pudo pensar que ella sería víctima del engaño, y menos a estas alturas. Pero no entrará al «trapo» de dimes y diretes, nunca reconocerá sus desamores. Siempre ha dicho que determinados temas hay que solventarlos en privado y no en el circo mediático.

Hace unos días, ella se reía de los rumores de ruptura, los calificó de «tonterías» y evitó entrar en detalles sobre en qué punto se encontraba su relación sentimental tras la aparición de las primeras instantáneas de Bigote y Gemma Serrano. El segundo reportaje fue la gota que colmó el vaso y cualquier excusa de su pareja ya no es válida. Esas fotos se convierten en una evidencia clara de que Gemma es una amiga «entrañable» y que su relación va más allá de una simple amistad.

Dicen que la Campos es de las que no perdonan, aunque en una ocasión afirmó que, «si tu pareja te lleva al convencimiento de que no ha actuado bien, debes poner en la balanza lo que tienes y lo que puedes perder. Los cuernos más importantes son los del corazón. Los otros no es que no tengan importancia, pero lo que hay que valorar es lo que te hace más desgraciada en la vida».

Y lo ha valorado. El anuncio de una ruptura podría producirse en el último de los seis nuevos programas del «reality» «Las Campos». No ha dado tiempo a incluirlo en las primeras entregas, en las que se ve a la presentadora con el humorista en actitud tierna, cual enamorados. Ella ha dado orden a sus íntimos de que no se vayan de la lengua para que esa más que posible ruptura acabe convirtiéndose en la guinda final del «reality». No quiere interferencias mediáticas, bastante dolor le causan los reportajes ya publicados en los que se habla de presuntas infidelidades y una supuesta amante. Es como una pesadilla que perturba una vida llena de comodidades. De confirmarse la separación, quedaría como una mentirosa ante los ojos de los telespectadores, que no entenderían que en el «reality» familiar aparezca una situación idílica mientras que en otros medios ya se da por hecha la ruptura. Hay que preservar también la contrapartida económica que María Teresa Campos y sus hijas se están llevando por rodar el programa. Incluso a Terelu le están viniendo muy bien esos ingresos extras para hacer frente a su maltrecha economía, según dicen.

Se acabaron las miradas de complicidad de María Teresa a Edmundo. La última vez que se los vio juntos en «¡Qué tiempo tan feliz!» ya no existía ese brillo en la mirada de la periodista hacia su pareja. Una persona que trabaja en el programa desvela a LA RAZÓN que «todos pensamos que han roto, hemos visto a la jefa muy triste y muy distante en las últimas dos semanas. La procesión debe ir por dentro porque, por mucho que intenta aparentar tranquilidad y fortaleza, hay situaciones dolorosas que no se le escapan a nadie». Ahora se desatan nuevos rumores que hablan de otras posibles mujeres en la vida de Arrocet, desde una que vive en Barcelona a otra que reside en Chile. No hay nada confirmado, el silencio rodea los presuntos amoríos del hombre que se dio a conocerse en España de la mano del televisivo Chicho Ibáñez Serrador en el programa «Un, dos, tres», de gran éxito, pero de todos es conocida la fama de seductor de Bigote. A sus 66 años sigue manteniendo un físico envidiable y un desparpajo evidente. Es un galán que canta como los ángeles y que sabe enamorar con la mirada.

Su currículum sentimental, no obstante, está ocupado principalmente por tres mujeres: su primera esposa, la presentadora de la televisión chilena Gabriela Velasco, con la que tuvo una hija; su segunda mujer y madre de sus otros dos hijos, Rocío Corral (fallecida en 2012), y la misma María Teresa Campos. Pero se cuenta que, entre unas y otras, tuvo sus «conquistas», que él mantiene ocultas, y entre las que habría algunas artistas muy conocidas.

En 1992 Gabriela presentó contra su ex marido una demanda en Chile por bigamia. Se enteró de que se había vuelto a casar (con Rocío) aunque, según ella, todavía no habían obtenido el divorcio.

El próximo 29 de noviembre, el chileno, de origen argentino, cumplirá 67 espléndidos años. Parece ser que la Campos le tenía preparada una fiesta sorpresa en su amplio chalet de la urbanización madrileña Molino de la Hoz y a la que ya estaban invitados algunos de los personajes que han pasado por la vida de Bigote desde que llegó a España en 1974. Iba a ser todo un acontecimiento social. Pero, si no cambian las tornas, si no llega el perdón, esa fiesta se quedará en agua de borrajas. María Teresa no sabe fingir. Es fácil de entender que ya no llame en público a Arrocet por el nombre de Edmundo, sino, como se demostró hace unos días en «QTTF», se dirige a él con el apodo de Bigote. Atrás quedan todos los reproches contra aquellos que usaban el mote en lugar del nombre.