Actores

Penélope Cruz cambia el final de los cuentos de sus hijos por hacerlos más feministas

En su versión, las historias nunca acaban en boda

Penélope Cruz y Javier Bardem son padre de sus niños/Efe
Penélope Cruz y Javier Bardem son padre de sus niños/Efelarazon

Aunque en sus apariciones públicas lo habitual es ver a Penélope Cruz brillando sobre la alfombra roja como toda una estrella, la actriz pasa la mayor parte de su tiempo en su Madrid natal, alejada del glamour de Hollywood y ejerciendo de madre de dos niños menores de ocho años.

Ese es sin duda el papel más importante de la guapa artista, y uno en el que -al igual que en su trabajo- también se ve obligada a luchar contra los estereotipos, la discriminación o las dinámicas de desigualdad entre hombres y mujeres, aunque en este caso sus enemigos no sean los grandes estudios, sino los cuentos infantiles.

"Los cuentos de hadas son vitales porque se trata de las primeras historias que escuchas de pequeño, de boca de tu padre y de tu madre·, explica la oscarizada intérprete en una entrevista a la revista Porter Edit. "Así que, cuando se los leo a mis hijos por la noche, siempre cambio los finales; siempre, siempre. Que les jo**n a Cenicienta y a la Bella Durmiente y a todas las demás. Hay demasiado machismo en esas historias y eso puede afectar a la manera en que los más pequeños ven el mundo. Si no tenemos cuidado, pueden empezar a pensar: 'Ah, así que es el hombre el que lo decide todo'", asegura con su desparpajo habitual.

Uno de los ejemplos habituales de cómo altera la actriz el tradicional 'y vivieron felices y comieron perdices' pasa por no incluir una boda como cierre de la historia y, de alguna forma, la solución indirecta a todos los problemas de la protagonista.

"En mi versión de la Cenicienta, cuando el príncipe le pregunta si quiere casarse con él, ella le contesta: 'No, gracias, no quiero ser una princesa. Quiero ser astronauta, o chef'", revela divertida.

Ese es tan solo uno de los pequeños granitos de arena que la estrella intenta aportar a la lucha para acabar con la opresión de las mujeres, no solo en la meca del cine -donde en los últimos meses han caídos más figuras por casos de acoso y abusos que en décadas enteras- sino en el lugar de trabajo en general.

"Tienen que cambiar las reglas de nuestra industria, y no solo de la nuestra, también de todas las otras en las que a las mujeres todavía se las oprime. No puede quedarse solo en algo que aparezca en las noticias durante unos meses para que pasemos después a otra cosa", insiste en la misma línea en que lleva haciéndolo desde hace semanas cada vez que se le pregunta al respecto.