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El museo de Rocío Jurado se abrirá sin la aprobación de su hija
En diciembre de 2005, seis meses antes de su fallecimiento, Rocío Jurado me dijo, emocionada, que «me voy a morir sin ver hecho realidad mi gran sueño, que se inaugure el museo que lleva mi nombre en mi tierra, en Chipiona. Llevo mucho tiempo dándole vueltas a esa idea y espero que se convierta en realidad». No podía adivinar los quebraderos de cabeza que traería ese proyecto, que 12 años después está a punto de materializarse.
Esta semana la alcaldesa de Chipiona, Isabel Jurado, comunicó su intención de abrir las puertas del recinto al público a principios de 2019. No cuenta con el beneplácito de Rocío Carrasco, hija de la fallecida, a la que se han enviado desde el Ayuntamiento varias cartas que, según personas cercanas al consistorio, «no han obtenido respuesta». Así, la noticia de la próxima apertura le ha pillado por sorpresa. Carrasco ya se puso en contacto con sus abogados para ver si es «legal» la viabilidad de esa apertura sin su consentimiento. Al fin y al cabo, ella es quien ha cedido la mayor parte de las piezas que se expondrán permanentemente en el amplio local industrial acondicionado como museo, auditorio y restaurante, situado en las Naves Niño de Oro de la localidad y cuyo mantenimiento asciende a los 100.000 euros anuales.
La intención del ayuntamiento, según nos confirman, «es invitar a toda la familia de Rocío Jurado a la fiesta de inauguración, a todos, sin excepciones, y ojalá que la señora Carrasco esté presente ese día tan especial para todos los chipioneros». Aunque, conociéndola, es poco probable que se avenga a razones y, más, si se siente ofendida con que se haya dado este paso sin su aprobación. Al contrario que la anterior, el resto de la familia sí que acudirá a la llamada de la alcaldesa.
El viudo, José Ortega Cano, me confesó recientemente que «no entiendo por qué no se abre el museo, a Rocío le hacía muchísima ilusión que sus conciudadanos le dedicaran un homenaje como éste, que sus recuerdos estuvieran a la vista de todo el mundo». Una opinión en la que coinciden desde Gloria, la hermana de Rocío, hasta su cuñada Rosa Benito. Las dos ya han expresado su satisfacción, al igual que José Fernando y Gloria Camila, hijos adoptivos de «la más grande», y sus nietos Rocío y David.
Carrasco se quejaba de que las cuentas para abrir el recinto no estaban claras, pero la alcaldesa insiste en que todo está en orden y que se tiene el presupuesto suficiente. Quien no estará al frente del museo es el hermano de la Jurado, Amador Mohedano, quien formó parte del equipo desde el principio, pero dicen las malas lenguas que su sobrina Rocío hizo lo imposible para que lo apartaran.
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