Casa Real

Don Juan Carlos: Cuatro chaquetas de terciopelo para recibir en palacio

Don Juan Carlos: Cuatro chaquetas de terciopelo para recibir en palacio
Don Juan Carlos: Cuatro chaquetas de terciopelo para recibir en palaciolarazon

Desde su abdicación, el Rey emérito no sólo ha visto modificada su agenda oficial; también su vestuario ha sufrido cambios y se ha tenido que ajustar.

Don Juan Carlos encargó por primera vez un traje al taller de López Herbón en 1985, por recomendación de su íntimo amigo de la infancia, Simeón de Bulgaria. Desde entonces, hace ya treinta años, la familia de sastres que regenta este exclusivo establecimiento guarda primorosamente todos los patrones del Rey emérito. «Se trata de la joya de la corona», bromea Gonzalo López Larraínzar, cuarta generación de una sastrería que, en menos de un mes, cumplirá un siglo en funcionamiento.

El Rey emérito ha confiado durante la mayor parte del tiempo al frente de la Jefatura del Estado en este taller, donde le han confeccionado desde uniformes militares –como el que lució durante la ceremonia de abdicación y proclamación de su hijo Felipe VI– hasta chaquetas de caza y bombachos.

El armario de un Rey debe contar con una serie de piezas que le den servicio en todas las facetas que abarca el desempeño de su labor profesional. Indudablemente, «los trajes laborales que le hemos confeccionado durante todos estos años son su uniforme de trabajo», apunta Larraínzar, pero no sólo estos. Don Juan Carlos también tiene compromisos a los que acudir de sport o con un atuendo determinado y, en estos casos, la sastrería también ha contribuido a que su vestuario se adaptase a la perfección al protocolo de cada ocasión.

Prueba de ello es el gran número de patrones que componen la carpeta de «Su Majestad, el Rey Don Juan Carlos». En ellos, se puede ver con claridad cómo los cambios físicos del padre de Felipe VI han ido modificando los recortes originales.

Sin embargo, la línea que ha marcado los diseños, telas y colores seleccionados no ha variado demasiado a lo largo de estos treinta años. Modernización no es un concepto que haya aparecido con asiduidad en este tipo de reuniones. «El Rey es un Jefe de Estado, igual que Felipe VI, por lo que tiene que guardar una imagen», explica el sastre real a LA RAZÓN.

Por lo general, los trajes del Rey «son siempre de corte muy clásico, cruzados y sin chaleco, de colores que no suelen variar del gris oscuro y el azul marino». Se trata de piezas especialmente ponibles, orientadas a las actividades del día a día.

Sin embargo, su paso a la segunda línea de representación tras la abdicación ha provocado la modificación de sus responsabilidades institucionales y, por tanto, de sus pautas de vestuario. «No se hace trajes nuevos desde hace por lo menos tres o cuatro años», precisa Gonzalo López Larraínzar. Ahora, «sólo se hace prendas que necesita en su nueva rutina de actividades, tanto oficiales como fuera de la agenda de la Casa del Rey».

Informal y espectacular

El último encargo: cuatro chaquetas de terciopelo sueltas, de corte blazer, muy útiles para recibir gente en casa o asistir a cenas o encuentros de carácter menos estricto en el plano protocolario. «Son informales, pero quedan espectaculares», además resultan fácilmente combinables con un pantalón negro, lo que las convierte en una prenda especialmente cómoda, ya que permite prescindir del eterno traje.

Siempre se hacen en cuatro colores: verde botella, burdeos, azul marino y negro. El Rey ha contado históricamente en su vestuario con este tipo de blazers, sin embargo, las últimas que se hizo –hace ya diez años– necesitaban ser relevadas por unas nuevas.

Su rutina no ha sido la única en sufrir modificaciones. El físico de Don Juan Carlos ha variado también durante la última década y era preciso renovar esta parte en concreto de su vestuario, más ahora, cuando se trata de una prenda que puede utilizar con mayor frecuencia que antes por la nueva naturaleza de su día a día.

Los patrones reflejan con claridad este cambio en la silueta del Rey emérito a lo largo de los años. Su complexión ha ido transformándose y asimismo, los recortes que sirven de base para su vestuario.

El sastre contesta con rotundidad cuando se le pregunta sobre si las recientes operaciones han tenido algo que ver. «En absoluto, no ha habido que realizar ningún cambio tras las últimas intervenciones de cadera, ni tampoco hemos tenido que arreglarle ninguna pieza que ya tuviera».

Cambios por edad

«Los motivos de los cambios son propios de la edad», aclara. «Le pasa a todos nuestros clientes. El paso de los años provoca que haya que ir variando los patrones; sobre todo que sea necesario añadir piezas porque ha ido ensanchando el cliente». Éste es el caso de Don Juan Carlos.

Una de las señales más evidentes, tal y como nos muestra el sastre en los patrones, es el ensanchamiento de la chaqueta, donde según explica, «ha hecho falta abrir la espalda a causa del encorvamiento natural a causa de la edad». «Es una modificación muy común que se hace para que las chaquetas no queden cortas por detrás y se adapten perfectamente a la silueta de la persona que la lleva», apunta.

Además de confeccionar piezas, esta sastrería se encarga de arreglar otras –confeccionadas por ellos o no– para mantener actualizado todo el guardarropa del monarca. Labor que realizan con cierta frecuencia durante sus visitas a sus dependencias de palacio.

El Rey, según confiesa Larraínzar, nunca ha visitado la sastrería –ni en esta nueva sede en el Barrio de Salamanca, ni en la histórica de la calle Cedaceros de Madrid. «Que viniera al taller supondría un verdadero reto para preservar la seguridad del monarca».

Desde el año 1916, la discreción ha sido una de las señas de identidad de esta sastrería con tanta historia de Madrid. Aunque es conocida por haber vestido a Don Juan Carlos durante prácticamente todo su reinado, lo cierto es que por sus probadores han pasado otras personalidades de nuestro país. Empresarios como Emilio Botín o Ignacio González y otras personas de gran relevancia pública, como el rey Simeón de Bulgaria y el diseñador Óscar de la Renta, han confiado durante toda su vida laboral en el corte y la confección del taller López Herbón.