Edgardo Osorio: «Me halaga que me consideren el nuevo Blahnik»

Fundador y director creativo de la firma de zapatos Aquazzura. Galardonado con el premio Prix de la Moda de Marie Claire, su marca ha lanzado una colección cápsula diseñada por Naty Abascal

Con apenas 30 años, a Edgardo Osorio ya se le conoce como el hombre que desafió la incomodidad de los tacones. «Lo que prima para la clienta es la comodidad y Aquazzura la proporciona, además, con diseño», explica Manuel Sánchez Montoro, director de la boutique de zapatos de firma «If Shoes», ubicada en la madrileña calle de Goya, donde el pasado jueves tuvo lugar un «face to face» entre Osorio y sus clientas. «Pocas marcas han conseguido tal éxito en tan poco tiempo», considera Luis Medina, quien acompañó al modisto en la cita en representación de su madre, Naty Abascal –íntima y colaboradora de Osorio–. En el ADN de Aquazzura se mezclan genes colombianos e italianos, pues, con 15 años y frustrando el deseo de su padre de que fuese médico, Edgardo cambió su Colombia natal por Londres, donde alcanzó una formación que le permitió trabajar durante 10 años para Salvatore Ferragamo y Roberto Cavalli. Hasta que a los 25 decidió «independizarse» en Florencia, donde dio a luz a unos tacones calzados hoy por «celebrities» de medio mundo.

–Premio a la mejor colección de accesorios de los XIV Prix de la Moda de Marie Claire. ¿El reconocimiento hace al artista?

–No me considero como tal (ríe). Lo que hago es para mí un placer y que me premien por ello es maravilloso.

–Tras la entrega de premios disfrutó de una cena en la que le acompañaron varios rostros conocidos del mundo de la moda, entre ellos, el de Naty Abascal.

–Sí. De hecho, fue ella quien me hizo entrega del galardón. Fue una noche muy divertida.

–¿Cómo es Naty como amiga?

–Es una fuerza de la naturaleza (ríe). Una mujer joven de espíritu y llena de creatividad. Pocas tienen su estilo y su manera de ver las cosas. Para mí, es una madrina.

–¿Cómo ha sido trabajar juntos?

–Genial. Conversé con ella para conocer cuáles eran sus inspiraciones y ambos estuvimos de acuerdo en plasmar en sus zapatos símbolos de la buena suerte, como la mano de Fátima.

–El mes pasado le organizó una fiesta en París para presentar la colección. Ella se vistió de flamenca y los modelos, de toreros con sus tacones.

–Sé que recibí críticas por ello, pero no lo hice con intención de insultar a nadie. Sólo quise llevar la cultura española a París. No tengo nada en contra de los toreros, que me parecen elegantísimos. Lo de poner tacones a los modelos es algo que suelo hacer en mis eventos. Como se conocen por ser los más cómodos, con eso demuestro que hasta los hombres pueden llevarlos.

–Muchos ya le consideran el nuevo Blahnik.

–Me halaga porque Manolo fue el primer zapatero estrella y tiene una carrera increíble. Ojalá pueda trabajar tantos años en la moda como él. Aunque yo persigo ser Edgardo Osorio, no el nuevo alguien (ríe).

–Lady Gaga, Emma Watson o Nicole Kidman compran sus zapatos. ¿A quién soñó calzar?

–Nunca he tenido a una persona en mente. Me halaga que me llamen para pedirme mis zapatos, aunque también me gusta ver a mujeres anónimas con ellos.

–¿Y de dónde le viene su pasión por los tacones?

–Desde pequeño. Me crié con mi mamá y sus cuatro hermanas, que eran todas unas apasionadas de los tacones.

–¿Y cuáles son sus fuentes de inspiración?

–Viajar. Viajo mucho, de 7 a 8 meses al año, y cuando lo hago me fijo en las mujeres, hablo con ellas y les pregunto. Quiero hacer algo que tenga sentido para ellas.

–A un diseñador de zapatos, ¿se le conquista por el calzado?

–(Ríe) No diría eso exactamente, aunque pienso que cuanto más variedad de calzado, más creativa es la persona que lo lleva.

–Ahora gana Trump y su hija Ivanka está aún por demostrar legalmente que no plagió una de las creaciones de su firma.

–El asunto está en los juzgados desde junio y sigue adelante. No hay novedad porque se prevé un proceso largo.