Santiago Gamboa: Colombia respira violencia
Colombia y la violencia, o la violencia en Colombia ya parece ser, a esta altura, el único tema posible que puede tratar un escritor colombiano, aunque seguramente hay muchos otros temas que, por qué no, también pueden llegar a convertirse en materia narrativa. En todo caso, más allá del tema, la diferencia está en la forma literaria con que se aborda la violencia: hablamos de novelas que rastrean el origen de la violencia en la historia colombiana, novelas que hacen hincapié en el folklore de los sicarios y del mundo del crimen y novelas, como «Será larga la noche» de Santiago Gamboa, que se vale del relato policiaco para mostrar, sin caer en la crudeza del realismo, la realidad actual de Colombia. Duodécima novela de este escritor que después de vivir en España, Francia, Italia, Israel o la India regresó a su Bogotá natal, en «Será larga la noche» Santiago Gamboa vuelve, de algún modo, a los orígenes de su narrativa, especialmente a «Perder es cuestión de método», una novela de formato policiaco en la que lo importante no es quizás el argumento, sino toda la puesta en escena de una sociedad corrupta y corrompida, violenta, repleta de negocios sucios e ilegítimos.
Y lo hace, muchos libros después, con una historia en la que, como en aquella, se respira el aire siempre violento que sopla en Colombia. En este caso, el disparador de «Será larga la noche» es un brutal enfrentamiento que un niño presencia en una carretera perdida y del que nadie, después, sabe nada. Pero una denuncia anónima, que llega al despacho del fiscal Jutsiñamuy, hace que los hechos se desencadenen rápidamente y de forma precipitada poniéndose así en movimiento el desarrollo de la trama. Gracias a las pequisas de la periodista Julieta Lezama y su asistente Johana, una exguerrillera de las Farc, el fiscal pone en marcha una urgente investigación para encontrar a quienes participaron del enfrentamiento, unos personajes que resultarán tan sospechosos como inesperados.
Resabios de la guerrilla
Escrita con ritmo puntual y llevadero y con un estilo neutro y sencillo, «Será larga la noche» es una novela entretenida que, como un buen thriller, se lee de un tirón, pues la trama está bien estructurada y los personajes son creíbles, entre otros motivos porque la historia está anclada en la realidad cotidiana de Colombia. Una realidad en la que quedan resabios de la guerrilla, del narcotráfico y en la que existen otros problemas, como las iglesias evangélicas, la minería ilegal y, simpre presente, una violencia que puede estallar en cualquier momento.