Fotografía
El padre de Curro sale del submarino
Un libro recoge los trabajos que el ilustrador Heinz Edelmann, autor de las animaciones de «Yellow Submarine», realizó para Sevilla entre 1987 y 2006
Heinz Edelmann logró condensar la energía de The Beatles en una fantasía psicodélica llamada «Yellow Submarine», que dirigió George Dunning en 1968. Aquellos dibujos animados encajaron como anillo al dedo en la personalidad de los cuatro Beatles, que no estaban dispuestos a volver a protagonizar una película tras el fiasco de «Magical Mistery Tour» y que además estaban ya enfrascados en sus propias individualidades. Sólo por eso, el ilustrador y diseñador alemán de origen checo hubiera pasado a la posteridad como un integrante más de los satélites que al calor de la banda se convirtieron en personalidades universales.
Eso lo sabía el editor Pedro Tabernero cuando se plantó en Dusseldorf para encargarle la realización de la mascota de la futura Expo’92. Estamos en 1988 y Curro, el ave saltarina y juguetona, sólo era un esbozo y una idea del sueño que ya se iba haciendo realidad en la Isla de la Cartuja de Sevilla, pero antes Edelmann ya había realizado su primera aportación a la capital andaluza al participar en una exposición en el Museo de Arte Contemporáneo y en el libro de imágenes que recogía los trabajos de la muestra. Un punto de partida para la colaboración entre ambos que se mantuvo en el tiempo hasta 2006.
Acompañado por Miguel Delibes de Castro, Francisco Núñez Roldán, Francisco Correal y Julio Manuel de la Rosa, Tabernero presentó ayer en la sede del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) el libro «Heinz Edelmann. Los 12 trabajos de Sevilla», donde se recoge toda la producción realizada para Sevilla por el artista alemán. Junto a las dos aportaciones anteriores, aparecen «Grafimática», «Cartel serie conmemorativa Expo’92», «Cartel biblioteca Quinto Centenario», «Documentos Expo/La juventud universitaria ante el futuro», la serie «Rumbo Sur», «El hombre que hace magia», «El lince, el cazador y los sueños», «Osinvito, Mascota de turismo de la Provincia de Sevilla y otras propuestas», «La ruta del tempranillo» y «Sound effects comics».
Se trata de un volumen singular porque junto a las ilustraciones de los diferentes proyectos, aparecen unos breves textos de algunos de los que estuvieron directamente implicados en la presencia de Edelman en la cultura andaluza y de otros, como es el caso de Manuel Olivencia, que directamente se encargaron de llevar a buen puerto el proyecto de la Expo’92. La mascota competía con «Cobi», de Mariscal, porque en aquel 1992 había que estar en una constante carrera de obstáculos para llegar siempre más lejos que la Barcelona olímpica. El perro catalán ha quedado en el olvido y hoy todos recuerdan al pajarraco que moviendo las alas, en una u otra situación, alternaba con niños, jefes de Estado o artistas. Se captó el espíritu de la ciudad desde el primer momento y ésa fue la clave del éxito, como había pasado con The Beatles, ya que la naturalidad es la mejor llave para abrir cualquier puerta. «Hice un pájaro porque vuela y es libro», fue la explicación que aportó en alguna ocasión sobre el extraño diseño. Más de un cuarto de siglo después de su presentación, la moda «hipster» ha recuperado la figura esperpéntica de la mascota que vuelve a verse en camisetas y el «merchandising» que queda de la añorada Expo’92.
Con este libro además se desvela un secreto, ¿por qué Curro? Hasta ahora eran varias las teorías que estaban en el aire, algunas no sin polémica, que barajaban varias cuestiones acerca de su elección. La lógica se impuso y todo fue una españolización del nombre de uno de sus perros que se llamaba Francis: de Francis a Paco y luego Curro. Edelmann estaba interesado por la cultura hispana y llegó a la acertada conclusión de que Curro sería un nombre apropiado para representar la universalidad de Sevilla en todo el mundo. El testimonio de De la Rosa certifica este hecho, ya que cuando ambos se conocieron para poner en común el trabajo que iban a realizar sobre el lince, el ilustrador en la presentación le indicó que él era también «amigo de Hemingway y de Luis Cernuda».
Este último trabajo de Tabernero sirve para ver la amplia capacidad de registros que presenta el diseñador a lo largo de los años, desde las etapas de puro cómic hasta ilustraciones concretas de gran carga simbólica donde el lector verá una expresión, digamos más madura, del autor de Curro, su imagen más conocida, con permiso de The Beatles.
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