Sevilla

El PP se reivindica frente a Ciudadanos

El caso Cifuentes resta protagonismo a las iniciativas de los populares y al impulso del proyecto de Juanma Moreno. Las críticas pasan esta vez por alto a Susana Díaz y Pedro Sánchez y se vuelcan en el partido de Albert Rivera

Juanma Moreno, junto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y a dirigentes del partido en la comunidad
Juanma Moreno, junto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y a dirigentes del partido en la comunidadlarazon

El caso Cifuentes resta protagonismo a las iniciativas de los populares y al impulso del proyecto de Juanma Moreno. Las crítican pasan esta vez por alto a Susana Díaz y Pedro Sánchez y se vuelcan en el partido de Albert Rivera

Juanma Moreno animó en el acto de inauguración de la Convención Nacional del PP a que todos los participantes disfrutaran de Sevilla en plena floración del azahar. El mismo viernes por la noche se torció el tiempo y se replegó una primavera que se hace de rogar. Ni el ambiente climatológico ni el político que rodean al cónclave del PP pasan por sus mejores momentos. La cumbre está diseñada como el punto de arranque de cara a las próximas municipales, autonómicas y europeas. Es también un empujón a la formación en Andalucía que se enfrenta a encuestas adversas. Sin embargo, factores externos han ejercido de sordina para que luzcan las iniciativas andaluzas: la salida de la cárcel de Puigdemont el viernes y, sobre todo, la polémica sobre el máster de Cifuentes, que ayer fue respaldada por Rajoy y se llevó de nuevo los focos al participar en una de las mesas sectoriales.

La Convención de los populares está llena de contrastes. El ambiente oficial es el de todas las convenciones. Esto es, aplausos efusivos de los participantes, algún chascarrillo de los presentadores, preguntas amables en los foros y la petición de fotos con el presidente del Gobierno, con los ministros y con los líderes del partido que se han volcado en bloque y que ejercen de «estrellas» invitadas. No obstante, entre bambalinas reina la preocupación por una coyuntura que se ha conjurado de forma adversa. El principal factor de incertidumbre es Ciudadanos. En los municipios de menos de 100.000 habitantes en los que el partido de Rivera no tiene estructura, el problema es menor. Donde crece es en los núcleos urbanos de las grandes ciudades y las capitales de provincia en las que ejerce un mayor tirón una marca que está al alza. No hay nadie que en privado desdeñe esta amenaza. «Ciudadanos está ahora mismo en estado virginal. Cuando empiece a gestionar entonces ya será otra historia», desliza un diputado que compara la situación de gracia en la que se encuentra el partido de Rivera con la que tuvo en su día el Centro Democrático Social (CDS) de Adolfo Suárez. El argumento que prevalece entre los más optimistas es que Ciudadanos no puede presentarse como alternativa en Andalucía «después de haber apoyado un gobierno que lleva 40 años mandando» y eso tendrá un coste en las urnas que no se refleja con los últimos datos de las encuestas, algunas de las cuales han llegado incluso a situar al PP como tercera fuerza política. «Esa hipótesis es imposible. No hay ningún sondeo real que apunte en ese sentido», desliza un edil popular que conoce bien la demoscopia.

La preocupación en el PP no es tanto por la subida de Ciudadanos sino a costa de quién suba Ciudadanos. El escenario ideal para los populares es que este ascenso le coma terreno también al PSOE, con lo que sería posible una alianza para provocar un cambio en la comunidad andaluza. A esta aritmética se encomendó ayer el presidente del PP-A, Juanma Moreno, quien sostuvo que hay «muchas posibilidades» de que esto se produzca. «Si el PP-A y Ciudadanos suman es evidente que podemos dar al fin un cambio de ciclo en Andalucía y que haya un nuevo gobierno». Rajoy, en su intervención en uno de los foros en los que participó junto a miembros de Nuevas Generaciones, fue incluso más directo: «Esta batalla la volveremos a ganar. Se van a quedar como siempre con un palmo de narices», adujo tras hacer repaso por los logros de su Ejecutivo. Fundamentalmente los logros económicos como la creación de medio millón de puestos de trabajo al año. Rajoy, como la mayoría de dirigentes que tomaron ayer la palabra, levantó la bandera de la gestión de un Gobierno que ha capeado con éxito la situación en uno de los momentos económicos más complicados de las últimas décadas.

Es llamativa, asimismo, la escasa crítica dirigida a la presidenta de la Junta a pesar de que la Convención se diseñó en Andalucía por ser uno de los principales campos de batalla para el Partido Popular. Llama la atención sobre todo en comparación con lo que ocurrió en la Convención regional de enero del pasado año y en el Congreso regional de Málaga que ratificó a Juanma Moreno. En ambos casos Susana Díaz fue la ausente protagonista. Salvo algunas alusiones de Juanma Moreno como la de ayer pidiéndole que se ponga de acuerdo con el secretario general de su partido sobre la propuesta de financiación pactada por cuatro de los cinco grupos parlamentarios andaluces, incluido el PP, no han existido andanadas reseñables. Sin embargo, sí que los principales dirigentes del PP han lanzado críticas –más veladas que directas– a Ciudadanos. La secretaria general del PP-A, Dolores de Cospedal, avisó en la inauguración del viernes sobre el peligro de los «partidos líquidos» que se mueven en función de las circunstancias. Rajoy también tiró ayer de referencias alegóricas: «Algunos creen que con Adán comenzó el mundo». El tono contenido de la frase de Rajoy resume el problema del PP: Ciudadanos es la principal amenaza y la única tabla de salvación.