Gente
El tedioso resumen del año
El citado resumen es un clásico de estas fechas, tanto como la lotería de Navidad y los reportajes a la puerta de las administraciones, donde unos cuantos afortunados gritan como enloquecidos mientras se rocían de cava. Enumerar los clásicos navideños sería un aburrimiento sin límites. En este oficio se hacen los resúmenes de lo más interesante del año cada cual en su género. Como éste es mi último artículo de este año, lo que procede es caer en la tentación para vencerla, como ya señaló Oscar Wilde. No hay dudas. Lo más destacado del año, por encima de cualquier género, ha sido el tema catalán. Y el problema es que tiene todos los números para repetir en 2018. Coñazo supremo, y lo que te rondaré morena, pelirroja, rubia o castaña, porque el independentismo da para todos los colores de pelo, los naturales y cualquier tipo de tinte.
En lo frívolo, aparecen las bodas y nacimientos. En este lugar, la familia Preysler se ha llevado la palma. Boda con más páginas de «¡Hola!» y mellizos con misterio incluido. Igualmente, los amores que se han roto, unos por falta de uso y otros por exceso, sobre todo si estas tareas se han realizado con otras personas. En ese apartado destaca Mónica Carrillo, que tiene a su madre al lado y que logra convertirla en una especie de Carry. Las familias reales tienen una fuerte presencia: viajes oficiales, vacaciones varias.... Hay que reconocer que, para desconsuelo de republicanos, Don Felipe y Doña Letizia han ganado por goleada. Los mensajes del Rey han devuelto un gran respeto a la Monarquía. El viaje de Estado a Inglaterra se convirtió en portada de periódicos, revistas y televisiones de medio mundo. La Reina se ha convertido en una referencia de elegancia. Estamos en continua lucha por la buena imagen, así que la soberana aporta muchos puntos a la marca España. Incluso ha llegado a escandalizar a mentes timoratas por algunas minifaldas. La princesa del pueblo, Belén Esteban, sigue en un lugar de privilegio. Su ruptura dramática y judicial con su representante Toño Sanchís la ha tenido en el «candelabro». Pantoja, al igual que en sus conciertos –que con media docena llena el año– y en su vida privada, con sus vacaciones familiares en Ibiza, su liderazgo en el corazón sigue vivo. Las Campos son grandes personajes de toda la vida, pero en este año, con la incorporación de Carmen y formar televisivamente el trío las Campos, han acaparado más comentarios y portadas que el resto de los mortales españoles. El fin de fiesta lo han realizado en Nueva York, donde Terelu ha acuñado una frase que queda para los «canales» de la historia: «Es más difícil encontrar una buena salchicha en Nueva York que una buena porra en España». El problema, cuando se fuerzan los personajes, es que éstos se pasan de rosca y terminan apoderándose de la persona.
Isabel Preysler, en el último número del año, vuelve a unirse con «¡Hola!» y Porcelanosa, sus más fieles patrocinadores, y en portada demuestra que ha superado su bajón en la boda de su hija. Está verdaderamente fastuosa, volviendo a ser la única reina de corazones. Quienes la acompañan en el reportaje, que son de primera fila, aparecen a su lado como las camareras de la reina. Por cierto, qué gran profesional: primero la obligación antes que la devoción, primero inauguración de tienda en Málaga, con posterior posado navideño, y ya vendrá a conocer a sus nietos.
Como resumen del año, y parafraseando al gran Jean Cocteau, lo cierto y verdad es que en este mundo las mentiras que puedo decir a lo largo del año, en el fondo, son siempre la verdad.
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