Sevilla
Hay otro Sorolla de la España de interior
El pintor de la luz protagoniza en la Fundación Unicaja de Sevilla una muestra de paisajes como los viñedos de Jerez, Sierra Nevada, la seca Castilla o el patrimonio histórico
El pintor de la luz protagoniza en la Fundación Unicaja de Sevilla una muestra de paisajes como los viñedos de Jerez, Sierra Nevada, la seca Castilla o el patrimonio histórico
Decir Sorolla equivale en el imaginario colectivo a viajar al Mediterráneo con sus escenas de playa y su intensa luz reflejada en el agua. Pero hay otro Sorolla igualmente paisajista que, gracias a los encargos particulares y de la Hispanic Society o por el impacto que le causaron ciudades como Granada en los tres viajes que hizo a la misma en entre 1909 y 1911, retrató los variados paisajes de la España de interior. Es ese Sorolla más desconocido el que, a través de 61 obras de la colección del Museo del pintor valenciano, invita a “descubrir” la muestra “Sorolla tierra adentro”, que se inaugura este miércoles en la sede sevillana de la Fundación Unicaja, donde permanecerá hasta el 30 de septiembre para viajar en octubre a Málaga.
Los secos campos de Castilla que inspiraron al sevillano Antonio Machado, a quien conoció como alumno en la Institución Libre de Enseñanza de la que el pintor fue socio (se exhibe una copia de un retrato que le hizo); ciudades monumentales como Toledo, Ávila o Burgos vistas desde sus afueras; los bosques verdes y frondosos de Asturias y el País Vasco; el contraste de las blancas cumbres de Sierra Nevada con el color rojizo de la Alhambra; las vendimiadoras de Jerez en plena faena; o la dehesa sevillana con las reses camino de la plaza de toros atravesando las vías del moderno ferrocarril son algunos de los paisajes que pueden verse en esta exposición. No falta, con todo, su Valencia natal y escenas de niños en la playa que constituyen su seña de identidad.
Tanto la directora del Museo Sorolla, Consuelo Luca de Tena, como la comisaria de la muestra, Carmen Pena, coinciden en señalar que el éxito de la exposición en su paso por varias ciudades españolas y Lisboa, ha sido que el público ha descubierto a un Sorolla menos conocido pese a que este tipo de paisajes copan una “extensísima parte” de su producción.
La comisaria de la exposición hizo hincapié en que Sorolla es ante todo “un pintor al aire libre, realista, que defiende la pintura directa en la naturaleza”, a veces con paisajes puros y en muchos casos con escenas con figuras en primer y segundo plano pero siempre con un cuidado estudio “del movimiento del mar, del aire y de los reflejos de la luz”.
En eso “Sorolla sigue siendo Sorolla” así pinte el luminoso sur como la Catedral de Burgos nevando, la vegetación del norte o la meseta castellana, jugando con los colores, las luces y las sombras como paisajista influido por el espíritu liberal e ilustrado de la Institución Libre de Enseñanza que busca enlazar la tradición regionalista con la modernidad que triunfa en Europa.
De ahí que al retratar el paisaje urbano, opte por el patrimonio histórico de las ciudades; que en escenas de campo como las de Sevilla meta en primer plano los raíles del tren o que redescubra la belleza de paisajes como la seca Castilla o la sierra de Guadarrama ya usados en la tradición pictórica española por maestros como Velázquez en sus retratos a Reyes y Príncipes.
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