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La manada era uno

El martes se cumplió el vigésimo aniversario de la inauguración del Mundial de atletismo de Sevilla / FOTO: REUTERS
El martes se cumplió el vigésimo aniversario de la inauguración del Mundial de atletismo de Sevilla / FOTO: REUTERSlarazon

El martes se cumplió el vigésimo aniversario de la inauguración del Mundial de atletismo de Sevilla, efeméride que podría aprovechar para recordar que el estadio que lo acogió, un mamotreto que costó 120 millones de euros, languidece desde entonces sin uso ni esperanza, y amenaza derrumbe a la espera del descabello porque trae más cuenta meterle la piqueta que enterrar el mucho dinero que cuesta su mantenimiento. Un saludo, o sea, para Alí Rojas-Marcos y sus cuarenta socios del politburó del Partido Andalucista. La memoria, sin embargo, es compasiva y nos traslada a los momentos estelares de aquellos campeonatos en los que debutamos como reporteros en eventos de cierto fuste –el Europeo de natación de dos años antes había sido un buen ensayo–, mezclado con una fauna multinacional entre la que, por un instante, olvidábamos nuestra perra condición de alevines del periodismo provincial y provinciano. ¡Cómo nos divertimos alternando en las terrazas con Ato Boldon o intentando ligar con la tonta añagaza de presentar a un compañero de fatigas como sosias de Hicham El Gherrouj! ¡Qué inenarrable sensación de orgullo fue ver a dos popes de la información atlética comentar las crónicas gamberras que publicábamos en la prensa local! Fueron los campeonatos de Marion Jones, de Niurka Montalvo, de Abel Antón y, sobre todo, de Michael Johnson. El día 26 se cumplirán dos decenios desde que «El expreso de Waco» completó una vuelta a la pista en 43:18 segundos, la más impresionante hazaña que verán jamás en directo estos ojos que ha de comerse la tierra. Aunque el récord ya está batido –Wayde Van Niekerk, 43:02 en Río 2016–, quienes estuvimos allí jamás olvidaremos el ruido como de estampida de búfalos que hacían los pies de campeón al golpear el tartán cartujano. Un hombre solo era una manada.