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Las facturas pantalla de UGT-A

La Razón
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El sindicato UGT-A recurrió a menudo a una suerte de facturación pantalla. Bajo epígrafes genéricos incluyó gastos que quería ocultar y que poco o nada tenían que ver con el objeto de la subvención pública. Tal es el caso que desvela hoy LA RAZÓN. Las dos facturas presentadas en 2008 al Gobierno andaluz de los planes sectorial e intersectorial de formación venían encabezadas por el concepto de publicidad. En la documentación justificativa posterior remitida a la Consejería del ramo también se usaba un título nada específico, como «material fungible y publicidad». Sin embargo, lo que se esconde detrás de esas dos facturas es casi medio millón de euros en regalos y objetos de propaganda. El sindicato recurrió a un ardid para cargar a las arcas públicas gastos internos. Todo, prácticamente todo el gasto del sindicato acababa colgado a alguna de las múltiples líneas de ayudas que UGT-A recibía anualmente. Igual ocurría con muchos trabajadores, que ejercían de secretarios, de administradores contables o de lo que hiciera falta en la «casa», aunque la nómina estuviera circunscrita a una fuente de financión pública. Este engranaje es el que ha mantenido UGT-A a lo largo de varias décadas, y que le ha permitido incrementar su patrimonio exponencialmente. Por nueve lo ha multiplicado en los últimos quince años, rondando las múltiples casas, solares, pisos o plazas de garaje los 20 millones de euros. Pero la pregunta es qué ha hecho la Junta durante todo este tiempo. Por qué el Gobierno andaluz no pidió documentación sobre las abultadas facturas en publicidad del sindicato. No es fácil engañar a una administración pública con tanto dinero y durante tanto tiempo. En el caso de los ERE ya se ha demostrado que no fue sólo cuestión de que fallaran los controles, sino que se dispuso todo para que fallaran.