Los patios cordobeses buscan mañana convertirse en Patrimonio de la Humanidad

La candidatura española repite intento, después de que el año pasado en Bali (Indonesia) el comité de expertos designado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) rechazara la propuesta.

Esta vez, y aunque avisan de que seguirán insistiendo si no cristalizara la iniciativa, parece que el reconocimiento de esa agencia de la ONU a una celebración en la que los vecinos abren al público los patios y balcones adornados con infinidad de macetas floridas durante 12 días para celebrar la llegada de la primavera, está más cerca que nunca para los cordobeses.

El grupo previo de evaluación recomendó que se incluyera en la lista al considerar que el "espíritu de apertura"de la fiesta sirve para promover "la diversidad cultural y el aprecio a la creatividad humana"y destacó que su pertenencia a la lista de la Unesco garantizaría su continuidad.

La fiesta, en efecto, defiende en París su candidatura como un ritual con arraigo que ejerce una función social a través de un concurso de patios inaugurado en 1921 e institucionalizado en 1933 para añadir valor a una práctica ancestral que se inició en las casas romanas y se retomó después por los árabes.

Durante el concurso de mayo, la fiesta permite a quien lo desee penetrar a los patios dentro de un horario establecido para conocer la vida y prácticas de esos espacios vecinales tan característicos de Córdoba.

Aunque nada está garantizado, la Unesco tiende a seguir el consejo de los expertos, señalaron a Efe fuentes de esa organización, que tomará mañana la decisión en la sede parisina de esa agencia de la ONU, entre las 14.00 y las 17.00 horas GMT.

La próxima cita para quienes quieran conocer esa tradición que aspira a convertirse en Patrimonio de la Humanidad será entre los próximos 19 de diciembre y 4 de enero, bajo la rúbrica de "Navidad en los patios de Córdoba".

La fiesta cordobesa aspira así a lograr un título similar al que tiene desde los años ochenta el centro histórico de la ciudad, clasificado como Patrimonio de la Humanidad.

Desde el consistorio del municipio afrontan la resolución de la Unesco "con mucha confianza", pero también con "cautela", en palabras de la concejal delegada de Fiestas y Tradiciones Populares del Consistorio cordobés, Amelia Caracuel.

De conseguir su aprobación, los patios de Córdoba pasarán a nutrir una lista en la que ya figuran doce tradiciones vivas españolas entre las que se cuentan el flamenco, el misterio de Elche, el silbo gomero o los castells, así como la dieta mediterránea o la cetrería, compartida con otros países.

La Unesco define el patrimonio cultural inmaterial como aquel que "hace referencia a las prácticas, representaciones, expresiones, conocimientos y saber transmitidas de generación en generación en el seno de una comunidad, creadas para transformar (...) la interacción entre la naturaleza y la historia".