Más rentable, pero no tanto

La Feria terminó pero Sevilla sigue hablando de ella. Llega la hora de hacer balances y decidir a medio plazo si su nuevo formato tiene futuro. Si lo tuviera, arrancaría el sábado 14 de abril, acabaría la madrugada del domingo 22 y habría que pasar la festividad de San Fernando al miércoles para que la semana de fiesta tuviera un día laborable menos. La coincidiencia este 2017 con la festividad del 1 de mayo y el Día de la Comunidad de Madrid, 2 de mayo, generó unas enormes expectativas iniciales que llevaron al propio alcalde a presagiar un crecimiento de unos 200 millones con respecto a una Feria con el calendario original de lunes a domingo. Un impacto económico elevado a los 900 millones que finalmente el propio Juan Espadas ha limitado a más de 800 millones. Aun así, «no nos hemos equivocado», destacó el primer edil hispalense como primera conclusión.

La ciudad, en cambio, se divide. Los más conservadores se aferran al calendario tradicional y utilizan argumentos bastante razonables como que una feria tan larga no bolsillo que la resista y otros más discutibles como que se pierde la esencia. La otra visión se centra en destacar la posibilidad de disfrutar de dos fines de semana de celebración e incluso de momentos que para muchas familias han resultado siempre poco accesibles como la «noche del pescaíto» y «alumbrao» o la propia despedida con los fuegos artificiales, que dejaba el domingo en un día muy gris en líneas generales.

«Los resultados son algo evidente, a ojo de todos. Ha sido una Feria en la que todos los indicadores han sido positivos», señaló Espadas. «Ha sido la feria con más visitantes de la historia, con mayor numero de personas de fuera, además de sevillanos, con casi cuatro millones de visitas al real, una cifra incontestable en términos de cómo saberle sacar el máximo partido a algo», indicó el alcalde sevillano, que, no obstante, no se pronunció abiertamente sobre la posibilidad de mantener el formato de este año a partir de 2018.

El regidor sostiene que se ha cumplido la premisa pensada inicialmente de «dar el mejor servicio durante todos los días de la feria sin incidentes graves, y podemos felicitarnos de que todo ha salido perfecto, desde el alumbrado a los fuegos, y todas las cifras avalan que, efectivamente, no nos equivocamos al ampliar los días de la feria».

Entre esas cifras, puso el acento en que «ha habido un aumento del 20 por ciento de crecimiento en el uso transporte público, casi un 20 en la recogida de residuos, lo que quiere decir que ha habido más consumo y en, definitiva, mayores ingresos, y hasta más carruajes, ya que hemos contado con una media de 600 este año en el Real a diario».

Fuera de recinto ferial, la ocupación hotelera en la ciudad en la ciudad de Sevilla ha sido de un 7 por ciento más durante los nueve días de feria que durante la de 2016, datos que, eso sí, sólo se refieren a los hoteles de Sevilla capital, a la espera de saber el impacto económico que la cita hispalense ha tenido en los establecimientos hoteleros de los municipios limítrofes con la capital.

«No hay una sola cifra peor que el año anterior, así que creo que hay que estar satisfechos, porque el resultado ha sido enormemente positivo tras la decisión tomada por los sevillanos en una encuesta popular», indicó Espadas, que entiende que haya personas que discrepen con la modificación puesta en marcha este año, a las que pidió que «discrepen, pero con argumentos».

«El interés general de la ciudad con respecto a la Feria gana mucho con respecto al interés particular de algunos frente a una preferia, y si hay que defenderlo no puede ser con cosas patéticas, como mostrar una foto de una caseta con menos gente en algunos momentos, como si hubiese que estar en el real durante toda la feria», explicó. «A nadie se le obliga a venir los siete días», insisitó antes de concluir que será en otoño cuando se tome la decisión con respecto al formato de 2018.