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Pablo Carbonell: «Los censores están contentísimos con tanto indignadito»

Acaba de publicar «Pepita» y de actuar en Ecuador con Los Toreros Muertos, dos de las múltiples facetas que cultiva como «ejercicios de liberación personal»

Pablo Carbonell, en un encuentro con La Razón para presentar “Pepita”/ Foto: Manuel Olmedo
Pablo Carbonell, en un encuentro con La Razón para presentar “Pepita”/ Foto: Manuel Olmedolarazon

Acaba de publicar «Pepita» y de actuar en Ecuador con Los Toreros Muertos, dos de las múltiples facetas que cultiva como «ejercicios de liberación personal»

Llega a la entrevista paseando como si no tuviera prisa, pese a que la promoción de su primera novela de ficción «Pepita» (Destino) exige una jornada maratoniana. Ante la desesperación de su responsable de prensa en ésta, Pablo Carbonell se detiene a mirar árboles, leer carteles y hacerse fotos con todo el que se lo pide. Sufre jet lag porque acaba de llegar de actuar en Ecuador con Los Toreros Muertos, y confiesa que duerme mal porque cada vez que se acuesta cree que es una siesta. Eso acentúa su aire de loco despistado que lleva a pensar que ha puesto en boca de los personajes de «Pepita» –centrada en el engaño que idea la familia de la protagonista para hacer creer que hay oro en Riotinto y revitalizar el pueblo– ocurrencias que fluyen por su mente y no se atreve a pronunciar en su persona.

¿Cuánto de autobiografía y reflexión de uno mismo hay en este libro?

Hay una parte porque yo tengo un moralista dentro. El único personaje real es el narrador, que soy yo, aunque yo no estoy tan loco, mis personajes no se me escapan y hacen cosas que yo no quiero como parece que sucede en la novela.

Borges decía que sus personajes le llevaban a donde querían, ¿se le ha rebelado algún personaje?

Pepita se me va de madre un poco, no es que se me rebelen pero dicen cada cosa algunos... Mihura también decía que él no escribiría sus comedias si supiera lo que iba a pasar. Rebelárseme no, pero sentirme decepcionado... algunos personajes me han decepcionado más que otros.

Hay un guiño clásico al personaje recurrente de la serrana violadora, la madre de Atanasio, que aparece en el marqués de Santillana o el Arcipreste de Hita.

No tenía ese dato, puede ser, sí que hay algo de literatura pastoril, y hay una referencia al Arcipreste de Hita cuando el hermano de Pepita dice que ir a lavar a determinadas horas al río no es conveniente por la postura que coge.

Se ve que usa a los personajes para decir lo que ni usted se atrevería.

Lógicamente muchos de los pensamientos no son míos pero son cosas que están flotando en el ambiente, en un machismo lacerante que existe, un feudalismo que existe, una religiosidad que existe, cierto oscurantismo. Son cosas lamentabilísimas pero me pongo a escribirlas y surgen, salen, y seguramente las he escuchado, o se escuchan, o se piensan. En el subconsciente social existen esas ideas preconcebidas sobre los matrimonios de conveniencia, y asegurar una posición y esas cosas que tantas desgracias provocan. En ese sentido Tarugo, el hermano de Pepita, es el personaje más lúcido.

Es un poco como el testigo de cargo, que todo el mundo cree el más tonto pero que realmente dice las cosas.

El más brillante. No es tan llano, es más llano su padre. Creo que en general «Pepita» es una novela picaresca, algo costumbrista también, y hay mucho por supuesto de felipebenitezreyista, mi paisano Felipe Benítez Reyes, todos sus libros me han causado una gran sensación porque, aparte de que puedan ser novelas muy divertidas, siempre tienen un trasfondo muy potente. Muchas de las cosas que les pasan a sus personajes o los paisajes que pinta son su Rota natal, o gente lumpen que él ha tratado.

Las novelas de Benítez Reyes o los relatos de Quiñones, si no eres de Cádiz, es difícil que captes todo. Esto es un poco de realismo mágico.

No me gustaría que la gente pensase que he querido hacer una novela retratando la España profunda, que cuando dicen la España profunda se refieren a Andalucía o Extremadura, llena de personajes tan rústicos o elementales como los que salen en mi novela. Prefiero sacarla del contexto andaluz porque tenemos una región fabulosa pero los tópicos andaluces son muy injustos. Quiero vincular mi novela a la ficción absoluta, y pensar esa idea de pinta tu pueblo y serás universal. Lo que pasa es que carezco del necesario cinismo para decir que es una novela ambientada en Finlandia.

¿Por cierto, cree que sus paisanos de Cádiz le van a perdonar que su primera novela la ambiente en Riotinto?

Bueno, a ellos ya les hice una película. Me invitaron al festival de cine de Nerva, me monté en el tren éste y me vino la idea de la fiebre del oro y claro, la fiebre del oro en Cádiz no pega mucho, había que irse a una zona minera venida a menos.

Tiene una parte de metanovela, el narrador va contando cómo la va escribiendo.

Sí porque el narrador acompaña al lector y también es un poco espectador de lo que sucede, no al grado de inocencia que manifiesta. Tiene a sus personajes cogidos por los hilos, se le pueden desmadrar y creo que su interés está en la diversión que ha supuesto para mí poder tirarlos por las escaleras, darse coscorrones, desesperarlos, decir absurdeces o cosas que yo nunca me atrevería a decir.

El personaje del morito es casi recurrente en su trabajo.

Bueno sí, algo oí del tema este. Como la novela tiene algo de transfondo de denuncia a la codicia la formulé en varios frentes. Por un lado la codicia del cura, la búsqueda del tesoro por parte del morito y la necesidad de todos los buscadores del oro y la del propio Curro, que más que codicia lo que está el hombre es con el agua al cuello. En general todos los personajes los he intentado tratar con cariño porque creo que soy bondadoso con las debilidades humanas.

¿Se lo pasó bien escribiendo?

Yo me he partido de risa. Hombre, un poco de dolor de cervicales sí que he cogido porque no sé escribir a máquina y tengo que mirar el teclado y después mirar la pantalla pero en general me he partido de risa, haciendo descripciones y buscando asociaciones y metáforas jocosas y diálogos chispeantes me lo he pasado muy bien.

En algunos casos da la sensación de que se le ocurría la metáfora y tenía que inventar una descripción para usarla.

Me ha pasado de todo, de repente he tenido alguna idea que he dicho lo tengo que meter o incluso he leído o encontrado una palabra y he dicho esa palabra tiene que salir en el libro porque en el lenguaje oral comprimimos el diccionario pero cuando se trata de leer a mí me gusta, no el alarde excesivo ni que resulte repelente, pero sí que se recuperen palabras que no se usan. El lenguaje es un tesoro y la literatura es un buen sitio para recogerlo, guardarlo.

¿Quiere seguir escribiendo?

Sí y tengo entregado un proyecto que no termina de contestarme la editorial si lo quiere o no hace tiempo ya, quizás dos años. Pues les voy a poner un ultimátum porque me gusta mucho hacerlo, me permite luchar contra el alzheimer, que es algo que creo que me va a tocar y ejercitar la memoria y el lenguaje es algo que me sienta bien

¿Se pondrá serio?

No creo que me pueda poner serio, aunque la idea que tengo es un poco más negra.

Bueno, el humor negro es muy divertido.

Sí, es una idea negra. Unas memorias escritas por un tipo en el corredor de la muerte que ha cometido un crimen, nadie sabe cuál ha sido y se desvela al final y entonces el tipo va conociendo a mucha gente a la que se podría haber cargado y no son ninguna de esas, y estoy haciendo ya un megaspoiler. Pero nadie sospecharía jamás el crimen por el que está en la cárcel.

Viene de Ecuador de tocar ¿cómo va la faceta musical?

Pues muy bien, en general yo todo lo que hago siempre son ejercicios de liberación personal con la buena intención de enseñar a la gente que la libertad es algo que se debe de tomar todo el mundo. Cuando ven a Los Toreros Muertos en el escenario la sensación que les da es qué bien se lo pasan ellos y si nos tienen simpatía también lo pasan bien y si nos tienen manía se ponen verde de envidia. Ultimamente he encontrado un filón de canciones en la tradición más folclórica de nuestra música. Si en los primeros discos Los Toreros ironizaba con la tradición del pop y del rock, ahora me puedo centrar más en los cantos regionales, en la copla.

Un homenaje a los Coros y Danzas.

Algo parecido, canciones con denominación de origen. No le había hecho una canción a una ciudad, a una mujer de una ciudad... había una serie de temas que no había tocado.

El primer disco se llamaba «30 años de grandes éxitos», ¿para cuándo «60 años de grandes éxitos»?

Lo he pensado muchas veces, en este 2019 serían 64 años de éxitos, no de grandes éxitos, una cosa modesta. Lo pensé ahora, en su momento ni soñando podía pensar que Los Toreros Muertos estaríamos en un escenario con una energía muy similar a la que empezamos pero con mucha mayor maestría tanto en el cante como en el toque, a lo mejor en los bailes no tanto.

Pedro Reyes dijo en una entrevista que la gente se mea con él pero aspiraba que se corriera

Pedro Reyes era un espíritu libre y tenía una mente prodigiosa. Está bien hacer referencias al sexo, son muy liberadoras. Tengo entendido que el capitalismo japonés recomienda a sus trabajadores que hablen de sexo para ser más productivos, Pelé pedía a sus jugadores que practicaran sexo antes de los partidos .

Por cierto que en el libro dice que el fútbol es una de las cosas que más desgracias ha traído a este país

Bueno, está bien que los chavales jueguen al fútbol en vez de el botellón o lo que sea pero hay un exceso de futbolismo, tenemos un país enfermo de futbolitis. Muchas de las reformas que se podían desarrollar no se desarrollan porque tenemos pendiente un Madrid-BarÇa.

Hablando de sexo, hay un parlamento de Tarugo en el libro que dice: «Me voy a la cama, me hago mi ordeñe y a dormir. Todo lo tengo que hacer yo sólo en esta casa» ¿Esto es una defensa del incesto, porque si vive con su padre y su hermana?

Es un disparate que él dice, y lo del ordeñe me gusta mucho porque el pobrecito podía ser una víctima de la neurosis pero gracias al desahogo que tiene es un hombre pacífico, es inmoderado nada más que verbalmente

¿Para cuándo otra película?

El mes pasado recuperé los derechos de una película que no ha sido capaz de levantar una productora. Le voy a cambiar el título y la voy a presentar yo y estoy seguro de que las televisiones ni se van a haber dado cuenta de que es el mismo proyecto. No debería decirlo porque ya van a estar sobre aviso pero es que estoy casi seguro de que el guion que se presentó no lo leyeron

¿Cómo ve la libertad artística y humorística en España?

Pues muy mal, los censores están contentísimos porque con tanto cabreado, con tanto indignadito y careciendo los humoristas de la cintura que tiene la gente que salta a la arena política nos entran ganas de guardarnos nuestras opiniones para nuestro círculo y no subirnos a un escenario. Es una pena porque conseguimos un país donde la libertad de expresión no se cuestionaba, nadie cuestionaba al de al lado y esto era una fiesta, era divertido. Siempre hay que mantener la frontera en la injuria, la mentira, la maledicencia pero por lo demás creo que el ciudadano tiene derecho a escuchar todo y la madurez suficiente para analizar si una cosa es aceptable o no. La gente es que es muy mala, hay mucha tensión. Tanta mala leche solo se puede atribuir a una frustración muy grande.