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Un año sin el «pescaíto» Gabriel

Sus padres le recuerdan hoy en una rueda de prensa y Ana Julia Quezada será juzgada este 2019

Patricia y Ángel, en el funeral de su hijo Gabriel / Foto: Efe
Patricia y Ángel, en el funeral de su hijo Gabriel / Foto: Efelarazon

Hace un año comenzó la pesadilla de Patricia y Ángel. Su pequeño «pescaíto» había desaparecido sin dejar rastro tras comer en casa de su abuela materna, en Las Hornachuelas (Almería) y salir hacia casa de sus primos, a 100 metros, para jugar. Nunca llegó. Gabriel, de 8 años; conocía perfectamente la zona, poco transitada a esa hora, y tras percatarse de que no había llegado a su destino y buscarle por los alrededores gritando su nombre la angustia crecía. Comenzaron así once días en los que España entera arropó a los padres de Gabriel, en una búsqueda que el país ha revivido recientemente con el pequeño Julen en Totalán. El caso era distinto porque Julen se sabía dónde estaba, lo difícil era llegar a él. Gabriel había desaparecido y la hipótesis de que alguien se lo llevó primaba.

Hasta 1.500 guardias civiles, bomberos e incluso GEO y 2.000 voluntarios rastrearon palmo a palmo la zona. Entre ellos, su asesina, Ana Julia Quezada, la pareja del padre, que con sangre fría se exhibió delante de las cámaras hablando cariñosamente del niño y consolando al padre.

Los investigadores siempre sospecharon de un secuestro por alguien conocido del niño, dado que nadie le oyó gritar y lo apartado del lugar. Fue detenido un acosador de la madre pero tenía coartada. Cuando el 3 de marzo Ana Julia halló en una zona ya rastreada una camiseta del niño con su ADN, el cerco se estrechó. Pincharon su teléfono y empezaron a seguir sus movimientos hasta que el 11 de marzo fue detenida regresando de la finca familiar de Rodalquilar, a la que llevó a Gabriel el día de su desaparición y donde lo mató y enterró. Se sentía vigilada y volvió para desenterrarlo. La arrestaron cuando regresaba al piso que compartía con Ángel con el cuerpo del pequeño en el maletero. El juez la ha procesado por asesinato (desechó el delito de detención ilegal pues la autopsia confirmó que Gabriel murió el mismo día de su desaparición). La Fiscalía y la acusación particular que ejercen los padres pide prisión permanente revisable. La defensa alega que Ana Julia Quezada mató a Gabriel tras una discusión sin pretenderlo, luego se asustó y ocultó su crimen. Eso, y el hecho de haber confesado, les lleva a solicitar tres años de prisión por homicidio imprudente o la pena mínima de 10 años si se considera que hubo dolo. Su abogada, Beatriz Gámez, señala que su cliente ha mantenido esta versión desde el principio y que tras enviar al juez una carta mostrando su arrepentimiento y pidiendo perdón «ya no puede hacer más».

Permanece en prisión preventiva en El Acebuche, «aislada porque está amenazada por otras internas» y con una presa de acompañamiento tras un intento de autolesión el 31 de diciembre que desde la cárcel redujeron a unos leves «arañazos». No participa en actividades ni sigue tratamiento psicológico y sólo recibe las visitas de sus abogados (su hija mayor no tiene relación con ella desde la muerte de su pequeña hermana de 4 años al caer por una ventana, por lo que en su día Quezada fue investigada, si bien no hubo indicios contra ella).

El instructor abrirá en breve juicio oral (a petición de la defensa se ha suspendido la audiencia previa de hoy) y el caso pasará a la Audiencia de Almería para su enjuiciamiento por un jurado, antes de verano o en el último trimestre del año, según las previsiones de las partes. La defensa intentó sin éxito que no fuera por jurado por ser un caso «muy mediático» del que «todo el mundo tiene hecha su opinión y va a ser más difícil la imparcialidad».

Tras su gran exposición mediática durante la búsqueda de Gabriel, convocando una multitudinaria manifestación para pedir la vuelta de su «pescaíto» y, una vez ocurrido el fatal desenlace, recibiendo el pésame masivo en la capilla ardiente instalada en la Diputación de Almería, Patricia y Ángel han pasado «este largo y doloroso tiempo» fuera de los focos. La pareja dio una lección de serenidad con cartas públicas pidiendo respeto y dejar de hablar de la «bruja mala», además de agradecer su trabajo a las fuerzas de seguridad y su apoyo a la sociedad. Fieles a ello, han rehusado dar entrevistas individuales y esta tarde ofrecerán una rueda de prensa para recordar «en tan señalada fecha todo lo bueno que nos aportó en su marcha» a pesar de «resultar muy difícil para nosotros». En el Paseo Marítimo de Almería se erigió La Ballena en su honor, si bien el Ayuntamiento respetará los deseos de la familia y en principio no hay ningún acto oficialmente convocado allí.