Castilla y León acogerá durante este verano a 299 menores del Sáhara, Rusia y Ucrania

Las familias castellanas y leonesas vuelven a demostrar su solidaridad al acoger a numerosos niños extranjeros que lo están pasando muy mal en sus países de procedencia. El Programa Vacaciones 2015 impulsado por el Gobierno que preside Juan Vicente Herrera en funciones acogerá a un total de 299 menores procedentes del Sáhara, Rusia y Ucrania durante este verano.

Los primeros en pisar suelo castellano y leonés han sido 24 niños llegados de los orfanatos de Ucrania. Además, el 25 de junio llegarán otros 24 residentes en Rusia, y un día más tarde aterrizarán en nuestra Comunidad 251 menores de los campos de refugiados del Sáhara Occidental.

Colaboración público-privada

Estos niños, que llegan de la mano de 19 entidades, permanecerán hasta finales del mes de agosto en familias de las nueve provincias de Castilla y León, que previamente han mostrado su interés en acogerles de forma temporal durante el periodo estival, según informaron fuentes del Ejecutivo autonómico.

Nueve de esos niños disfrutarán de sus vacaciones veraniegas en Ávila; 51 lo harán en Burgos; 29 en León; 47 en Palencia; 48 en Salamanca; 17 en Segovia; 16 en Soria; 37 en Valladolid; y 45 en Zamora.

El Programa «Vacaciones 2015», en el que colabora la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, sirve para que los menores compartan dos meses de vida normalizada, conozcan un nuevo idioma, unas nuevas costumbres y, al mismo tiempo, puedan pasar distintas revisiones médicas que les garanticen un sano crecimiento. Y, además, constituye una oportunidad muy positiva para los niños castellanos y leoneses que integran las familias de acogida, en la medida en que les permite intercambiar experiencias con otro tipo de culturas y de realidades. En los últimos cinco años, estos programas de estancia temporal han permitido a más de 1.900 menores extranjeros viajar a la Comunidad y alojarse en familias castellanas y leonesas.

Esta iniciativa solidaria está permitiendo que lo niños que sufren en sus países de procedencia puedan olvidar durante unos meses sus penas y así poder tener una alimentación equilibrada y tratamiento médico.