Castilla y León
Centenares de personas asisten a la Catedral a dar el último adiós al obispo de Zamora
El cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, desvela en la homilía que Gregorio Martínez padecía un cáncer agresivo
La Catedral de Zamora se quedó pequeña para dar el último adiós al que ha sido el obispo de la diócesis en los últimos doce años. Una ceremonia multitudinaria, concelebrada por una treintena de prelados y que fue presidida por el cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez. En dicha homilía Blázquez desveleba que monseñor Gregorio Martínez padecía un cáncer terminal que no le permitía desarrollar su actividad con total normalidad.
«A don Gregorio le ha marcó profundamente la cruz de la enfermedad. Tuvo la oportunidad de escuchar diariamente la invitación del Señor. Venid a mí los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Padeció largo tiempo insuficiencia renal y diálisis. Tuvo que aguardar el trasplante», expuso Blázquez. «Padeció la operación y la recuperación fue transcurriendo entre esperanzas y la lentitud y. cuando parecía que había alcanzado una fase de vivir saludablemente, llega un diagnóstico abrumador: cáncer agresivo y con paso acelerado», indicó.
A la misa exequial acudió el encargado de negocios ad interim de la representación pontificia de la Nunciatura Apostólica, Michael Crotty; el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro; el cardenal arzobispo emérito de Madrid, Antonio María Rouco Varela; los arzobispos de Santiago de Compostela, Mérida-Badajo y Urgell, Julián Barrio, Celso Morga y Joan Enric Vives, respectivamente, así como los obispos eméritos de Ciudad Real, Albacete, y Sigúenza-Guadalajara, Antonio Algora, Ciriaco Benavente y José Sánchez.
El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, transmitió las condolencias del Ayuntamiento por el fallecimiento del obispo de la Diócesis, Gregorio Martínez, mediante un escrito remitido a la institución eclesiástica, «en representación de la Corporación municipal y en nombre de la ciudad. Francisco Guarido manifestaba públicamente su pesar y hacía llegar a los familiares y personas allegadas las condolencias del pueblo zamorano ante el fallecimiento del que ha sido su obispo y un vecino nuestro más durante los últimos años de su vida», indicó.
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