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Valladolid

Diez años del Clínico de Valladolid atendiendo a menores con problemas de salud mental

Su Hospital de Día Infanto-Juvenil se ocupa, sobre todo, de trastornos del espectro autista, afectivos y alimentarios

De izq. a dcha., el equipo del servicio: Cristina Domínguez, psiquiatra; Eva María Carrascal, enfermera; María Iglesias, auxiliar de administración; Blanca Fernández, psicóloga; y Esther Martín, terapeuta ocupacional
De izq. a dcha., el equipo del servicio: Cristina Domínguez, psiquiatra; Eva María Carrascal, enfermera; María Iglesias, auxiliar de administración; Blanca Fernández, psicóloga; y Esther Martín, terapeuta ocupacionallarazon

El Hospital de Día Infanto-Juvenil de Valladolid cumple una década atendiendo a los pequeños con problemas de salud de la ciudad, con predominio de los trastornos del espectro autista, los afectivos (depresión y ansiedad) y los relacionados con la conducta alimentaria.

Así lo asegura a LA RAZÓN el jefe de la Unidad de Psiquiatría, el doctor Fernando Uribe , quien destaca que este servicio, ubicado en el Clínico Universitario, se ocupa de aquellas personas que, aún revistiendo gravedad en su diagnóstico, no necesitan de hospitalización y pueden permanecer en su domicilio.

«El tratamiento suele durar aproximadamente un año, aunque de media acuden al Hospital unos 48 días en todo ese periodo, ya que, si bien hay pacientes que vienen a diario, por ejemplo, aquellos con anorexia, muchos lo hacen una o dos veces por semana», detalla.

Además, especifica que las patologías que más predominan en los niños con los trastornos autistas, mientras que en los adolescentes son los relacionados con el neurodesarrollo.

Con unos 60 ingresos al año en la actualidad, el centro ha atendido en sus diez años de vida a más de 420 menores así como a sus padres, con los que se realizan grupos de trabajo de psicoeducación para ayudarles a detectar «descompensaciones en sus hijos, un empeoramiento o efectos secundarios de la medicación» y se les dan pautas a «nivel dietético o para relacionarse con ellos», aclara el doctor.

En este sentido, subraya un aumento de la gravedad de los casos, con más niños con cuadros psicóticos o de la conducta alimentaria. «Antes era raro ver a, sobre todo, niñas con anorexia antes de los 14 años, pero cada vez hay más pequeñas de 12, incluso 11, años con esta patología claramente influida por el culto al cuerpo», asegura Uribe.

Asimismo, hace hincapié en que el acceso cada vez más temprano a las pantallas, los juegos digitales y las apuestas supone un problema, ya que los niños «se relacionan a través de los dispositivos omitiendo las interacciones sociales».

«En el Hospital de Día vemos a menudo a chicos que tienen solo amigos virtuales, lo que supone una preocupación de presente y de futuro», señala y pone el objetivo en los «juegos con pequeños pagos para conseguir más vidas o mejores herramientas que enganchan a los jóvenes y desembocan en cosas más graves».

Para hacer frente a las patologías de sus pacientes, el Clínico desarrolla terapias individuales y grupales en las que se trabajan las habilidades sociales, la autoestima, el control de la impulsividad o la psicomotricidad.

El funcionamiento de este servicio, afirma el jefe de la Unidad de Psiquiatría, es fundamentalmente de tarde con el objetivo de que los pacientes puedan acudir a clase y no rompan con su escolaridad. Sin embargo, y debido a los casos de fobia escolar o a los menores que padecen Síndrome de Asperger «es previsible que en un futuro próximo tengamos un profesor dadas sus dificultades para asistir al colegio», anuncia.