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El juego y las apuestas en internet ganan adictos entre los jóvenes de la Comunidad

Predominan los estudiantes y titulados universitarios que intentan ganar dinero

La asociación burgalesa de rehabilitados de juego patológico está percibiendo un aumento de los casos de adicción a juegos por Internet, muchos de ellos sin premios económicos, lo que «camufla más el problema», según su presidente, José Luis Barriocanal.

En declaraciones a Efe, ha explicado que muchos de los afectados son jóvenes con nivel educativo alto y ha puesto el ejemplo de un jugador cuya familia pidió la ayuda de la asociación porque había pasado tres días sin dormir, «enganchado» a un juego de estrategia. El psicólogo de la asociación, David Burgos, ha asegurado que es un problema que se está detectando en todos los países desarrollados y que afecta sobre todo a jóvenes que no tienen conciencia de que se están haciendo adictos, aunque su grado de dependencia es tan fuerte como el de los jugadores patológicos de máquinas tragaperras o de bingo.

Ha explicado que el grado de dependencia que se genera en los juegos de ordenador es tan alto que algunos llegan a confundir la realidad y la ficción, y se deterioran físicamente, porque dan más importancia a lo que ocurre en la pantalla que en su vida real.

David Burgos ha puesto el ejemplo de una joven universitaria a la que han atendido en la asociación porque llevaba muchos días durmiendo sólo tres horas por jornada.

Ella misma explicó al psicólogo que se ponía un despertador para despertarse de madrugada y tomar el «comando» de una legión para no perder una guerra y conquistar una isla virtual.

El psicólogo ha asegurado que en las conversaciones con la joven se apreciaba que no tenía claro el límite entre la vida real y el juego de Internet, porque mezclaba ambos en sus respuestas. Para David Burgos, estos adictos al juego, que no suelen reconocer lo que les pasa, son más difíciles de detectar, aunque están dispuestos a hacer cualquier cosa para mantener su adicción y se les altera la personalidad «de forma notable».

La consecuencia es un cambio del perfil del jugador patológico que se ha conocido en los últimos 25 años, que era un jugador que intentaba ganar dinero o recuperar lo perdido. Ahora se trata de jóvenes de 15 a 35 años, muchos estudiantes o titulados universitarios, que juega cada vez más horas y se aleja cada vez más de su realidad cotidiana, sus estudios y su familia y amigos.

Juan Carlos Barriocanal ha pedido que el Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales reconozca la existencia de los jugadores patológicos como enfermos y que informe de la existencia de este problema a la población.

Ha recordado que hay varios estudios que estiman que España es el tercer país del mundo con más problemas de juego y que el problema se ha agravado con la proliferación de juegos en Internet, tanto de estrategia y batallas como de loterías, que pueden ser tan adictivas como cualquier juego de azar tradicional.

En su opinión, las administraciones se aseguran de que toda esa actividad pague los tributos correspondientes, pero ni siquiera advierten del riesgo de que un pasatiempo pueda convertirse en una «adicción bastante destructiva», insiste.