Política

Valladolid

Sánchez ignora el aumento del paro y pide el voto para que España se ponga en marcha

“Hostil” recibimiento vecinal en el vallisoletano barrio de Pajarillos al presidente en funciones, que participa en un acto exprés de campaña donde saca pecho por el debate, apela a la utilidad de apoyar al PSOE y llama a la movilización en las urnas

Sánchez. Tudanca y Óscar Puente saludan a los simpatizantes que acudieron a escucharles en Valladolid
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En coche oficial procedente del aeropuerto de Villanubla, con una hora de retraso y protegido por un amplio dispositivo de seguridad. Así llegaba este martes el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, al popular barrio vallisoletano de Pajarillos, el más conflictivo de la ciudad por el aumento en los últimos tiempos de la actividad delictiva relacionada con el tráfico de drogas, y donde, contra pronóstico, al candidato socialista le esperaban más puños que rosas.

Y es que en este barrio, cuatro de cada diez vecinos votaron al PSOE en las últimas elecciones, pero la indignación podía más en esta ocasión que el color político. Decenas de vecinos, «hastiados y abandonados» por las administraciones, decidían esperar a Sánchez para expresar su enfado y malestar, denunciar la suciedad y la convivencia insoportable con los distintos clanes gitanos de la zona, y pedir soluciones.

Un ambiente hostil que obligaba a la comitiva socialista a recortar el largo paseo previsto por las nuevas casas blancas del barrio a una mera parada para la foto y poco más de apenas cuatro minutos y así evitar males mayores.

El mitin que se celebraba a continuación en el Centro Cívico del barrio se desarrollaba también a una velocidad de crucero, ya que el candidato socialista tenía que desplazarse después a Gijón a otro acto y luego finalizar la jornada en Badajoz. En su intervención, Sánchez no decía ni una sola palabra del aumento del paro en octubre en casi 98.000 personas en España, siete mil de ellas en Castilla y León, el peor dato de desempleo en nuestro país en los últimos siete años, pero sí sacaba pecho por su actuación en el debate a cinco del pasado lunes por la noche. El presidente del Gobierno en funciones reprochaba a una «achantada» derecha de PP y Cs que no alzaran la voz contra la ultraderecha «envalentonada» de Vox, se felicitaba por haber sido el «único» candidato que habló de despoblación, y aprovechaba para comprometerse a llevar la igualdad de oportunidades a toda España si sale elegido jefe del Ejecutivo de la nación. También pedía concentrar el voto de la izquierda en el PSOE para desbloquear la situación y conseguir un Gobierno fuerte y estable que ponga en marcha a España y dé respuesta a los principales desafíos a los que se enfrenta el país, entre los que citaba la crisis territorial derivada del desafío secesionista de Cataluña, la subida de las pensiones y del salario mínimo profesional, la derogación de la reforma laboral y un nuevo estatuto para los trabajadores, la transición ecológica, o la erradicación de la violencia machista. Y para ello, llamaba a la movilización en las urnas «porque pese a que las encuestas nos dan ganadores no hemos hecho nada».

Antes, el secretario regional del PSOE, Luis Tudanca, ponía en valor que Sánchez fuera el único que hablara de despoblación en el debate, el principal problema de Castilla y León, aseguraba que el domingo España se «juega mucho», y advertía que sólo hay dos opciones: la de que gobierne Pedro Sánchez o Pablo Casado con Abascal de vicepresidente.

Óscar Puente, que abría el acto, destacaba haber traído a Sánchez a Pajarillos. «Eres el primer presidente del Gobierno que viene a este barrio», decía el alcalde de Valladolid, quien reconocía que en esta zona hay problemas de delincuencia y pobreza, así como necesidades, pero que precisamente por eso, el PSOE es más necesario que nunca. «No te hemos enseñado la calle Santiago, que es el paraíso y eso se lo dejamos a otros; te hemos traído a esta zona, la mejor que tenemos los socialistas en Valladolid, para que conozcas su diversidad y sus necesidades», decía el primer edil, mientras apelaba al voto útil al PSOE el domingo «para conseguir un Gobierno robusto y duradero”.