Valladolid

«Sólo los padres y la escuela podrán frenar el consumo de alcohol y cannabis en los jóvenes»

Así lo asegura a LA RAZÓN la directora de la Fundación Aldaba-Proyecto Hombre, María Paz de la Puente

Imagen de una reunión de padres y adolescentes de la Fundación Aldaba-Proyecto Hombre, que forma parte de esta nueva Agrupación de Fundaciones de Castilla y León
Imagen de una reunión de padres y adolescentes de la Fundación Aldaba-Proyecto Hombre, que forma parte de esta nueva Agrupación de Fundaciones de Castilla y Leónlarazon

«El alcohol y el cannabis son las drogas más consumidas por los jóvenes de la Comunidad», así lo asegura la directora de la Fundación Aldaba-Proyecto Hombre de Valladolid, María Paz de la Puente a LA RAZÓN. En este sentido, recuerda que la Navidad es una época muy complicada. «Llega el 31 de diciembre y los padres se vuelven más permisivos, aumenta la tolerancia en relación a las bebidas alcohólicas. En algunas situaciones se anima a los hijos a brindar con sidra y champán. Normalizamos el consumo de estos productos», dice.

Esta Fundación lleva casi veinte años ayudando a las personas con problemas de adicción y a sus familias. Setenta personas entre voluntarios y profesionales participan en este proyecto que tiene unos objetivos claros: la reinserción social y laboral de las personas, así como la prevención. En éste último punto, asevera que «es cosa de todos». Los padres, la administración, la policía, los hosteleros y los colegios deben remar en una misma dirección.

De la Puente cuenta que también preocupa la adicción a las nuevas tecnologías. «Tuvimos una jornada denominada ‘‘Enredados’’ que tuvo mucho impacto aquí en Valladolid. Trabajamos el abuso, la violencia y el acoso a través de las mismas, pero tenemos que tener en cuenta que forman parte de la vida de los adolescentes y lo más importante es en educar en su uso saludable. Atrás quedó ese pensamiento de que son una fuerza maligna. Hay que ver a las nuevas tecnologías como un potencial», declara.

El ‘‘modus operandi’’ de la Fundación difiere entre jóvenes y adultos. En los primeros, suele ser la familia quien toma la iniciativa porque sospecha del consumo de drogas ilegales de su hijo. «Cuando haces la exploración clínica aparece el alcohol pero ellos lo han dado poca imporancia», comenta. Además, estos problemas suelen estár ligados a la falta de asistencia a clase, cambio de amigos y la dificultad para establecer normas y límites. A partir de ahí, el Proyecto Joven de la Fundación comienza a trabajar. «Son programas en donde se trata con el joven de forma individual y a nivel grupal con otras personas de su edad, y con la familia en grupos de padres que están viviendo situaciones similares. Es un programa muy eficaz, con pocas claves para que sean capaces de retomar el control sobre su hijo», cuenta De la Puente. Y es que en concreto, el cannabis, da la sensación de que es una droga que no produce un síndrome de asistencia, pero las consecuencias a largo plazo pueden derivar en psicosis, esquizofrenia y cambio de carácter.

Con los adultos la forma de actuar es completamente diferente. «Un joven no te va a decir que ha tocado fondo, pero una persona de mayor edad sí. Con los adolescentes intentamos que reduzcan su consumo de alcohol, que lo tomen de manera moderada, pero con los adultos, en muchas ocasiones, hay que decirles de forma contundente que es necesario iniciar un camino para que no vuelvan a tomar una copa nunca», explica.

Por último, cabe recordar que son varios partidos políticos los que han hablado recientemente de la legalización de la marihuana. María Paz de la Puente considera que la mayor accesibilidad haría que aumentara el consumo. «Lo que se debería hacer es llegar a acuerdos internacionales para frenar el narcotráfico que mueve tanto dinero e intereses», concluye.