Infraestructuras
A vueltas con el tranvía: ¿depredador de espacio o pieza clave en la conectividad?
Enésimo episodio del debate sobre la conexión del tranvía por la Diagonal. El de ayer, que organizó la RACC, no ahondó demasiado en detalles técnicos, ni en «pequeñeces» como el desvío del tráfico privado, el presupuesto de la obra, la contaminación o la afectación del espacio público. Sus ponentes, pesos pesados en política urbana, enconaron en ocasiones el debate con posturas irreconciliables.
El que fue arquitecto del Ayuntamiento de Barcelona en la época de Pasqual Maragall, José Antonio Acebillo, utilizó toda la artilleria para desprestigiar el proyecto estrella de la alcaldesa Ada Colau: la unión en línea recta por la Diagonal, desde la plaza de Francesc Macià hasta la de las Glòries en once paradas, lo que supondría la retirada de dos carriles de tráfico privado de la avenida. Todo con un coste de 175 millones a pagar en 30 años.
Se despachó contra él sin reparos, con argumentos como «el tranvía es cartón piedra puro» y «un depredador del espacio público». Según Acebillos, la escasez del espacio urbano es (junto a la falta de agua)el gran problema de las metrópolis, por lo que «hay que saber cómo utilizarlo», fomentando «los espacios híbridos y no los especializados». Además, explicó que ahora «el transporte individual prima sobre el colectivo», por lo que el futuro no pasa por «la movilidad obligada que supone el tranvía». «Nació en Moscú para desplazar trabajadores de las fábricas a sus casas, pero ahora la matriz de la movilidad no es post industrial», apostilló.
En el otro lado del ring se encontraba el ex diputado de CDC, Pere Macias, reconvertido ahora en asesor de Colau para la conexión del Trambaix y Trambesós. Ante la atenta mirada de su ex compañero de filas, Xavier Trias y firme detractor del proyecto, Macias aclaró que la unión de los tranvías es sólo «una pieza más en la movilidad de Barcelona» que necesita también de «la línea 9 de Metro, que éste llegue a la Zona Franca y de un plan más ambicioso para el uso de la bicicleta».
Y como ejemplo de las bondades de este transporte, explicó que «en París hay un proyecto para construir 60 kilómetros de línea de tranvía», un medio de transporte que «74 grandes ciudades han vuelto a implementar» porque soluciona grandes problemas, como el de la contaminación: «Si hay algo con lo que no se puede jugar es con la salud de las personas», dijo
En cuanto a la afectación del tráfico privado, una de las grandes incógnitas del plan de Colau, Macias defendió que «tan sólo se vería afectado un 0,33%».
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