Barcelona

Ada Colau prohíbe abrir nuevos negocios vinculados con el turismo en Ciutat Vella

La moratoria durará un año, período durante el cual el ejecutivo municipal elaborará un plan de usos para el distrito.
La moratoria durará un año, período durante el cual el ejecutivo municipal elaborará un plan de usos para el distrito.larazon

La moratoria, de un año, afecta a locales de ocio, tiendas de alquiler de bicis y agencias de viaje.

El turismo en Barcelona supone la mayor fuente de ingresos de la ciudad, entorno al 14% del PIB, pero el ejecutivo de Ada Colau quiere ponerle coto impidiendo que afloren nuevos negocios relacionados con esta actividad. Primeros fueron los hoteles y los apartamentos turísticos, sobre los que el Consistorio decretó una moratoria que prohibe nuevas aperturas hasta 2017, lo que ha supuesto la paralización de 38 proyectos y la consiguiente pérdida de 3.000 millones de euros y varios miles de puestos de trabajo. Al parecer, no suficientes para la alcaldesa, puesto que ahora ha decidido extender la suspensión de nuevas licencias a los negocios de concurrencia pública, comerciales y alimentarias en Ciutat Vella hasta que se elabore un nuevo Plan de Usos para este distrito tan afectado por la masificación turística.

En el caso de los bares y restaurantes, era prácticamente imposible obtener un permiso para abrir alguno. No obstante, la novedad de esta moratoria es que afecta además a otro tipo de actividades relacionadas todas ellas con la actividad turística: discotecas, locutorios, supermercados 24 horas y heladerías. También, y es lo que más ha llamado la atención, a las tiendas de alquiler de bicicletas y otros transportes (como los segways), locales de almacenaje de equipajes, puntos de información turística y de venta de entradas.

Esta norma no afectará ni a la zona portuaria, sobre la que el consistorio no tiene competencias, ni a determinadas zonas de Las Ramblas, donde ya se decretó una suspensión en el 2014 y no puede establecerse otra antes de tres años. Tampoco incidirá sobre el comercio tradicional como las zapaterías, tiendas de ropa, librerías o galerías de arte. De hecho, la concejal del distrito, Gala Pin, quiso escudarse en estas excepciones para demostrar que «no se para la actividad económica».

Pin explicó ayer ante los medios que esta moratoria estará vigente durante un año, periodo durante el cual el ejecutivo municipal pretende redactar el nuevo plan de usos. Para ello adelantó que pedirán un informe sobre el impacto del ruido del ocio nocturno entre los vecinos y una comparativa de cómo lo gestionan otras ciudades europeas.

La nueva norma fue criticada in situ por la Asociación de Transporte Turístico. Su presidenta, Svetlana, Molokhova, presente en la rueda de prensa, afeo a Gala PIn que haya tomado una decisión de tal envergadura sin avisar a los representantes del sector.