Barcelona

Colau paraliza el turismo en Barcelona

El Ayuntamiento congela la concesión de nuevas licencias hoteleras y se pone en contra a toda la oposición. La medida afecta a 30 proyectos

La alcaldesa subrayó que es una suspensión cautelar a la espera de elaborar un plan especial de turismo
La alcaldesa subrayó que es una suspensión cautelar a la espera de elaborar un plan especial de turismolarazon

Apenas tres semanas ha tardado la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en implantar la medida estrella de su programa. Así pues, el Ayuntamiento congeló ayer la concesión de nuevas licencias a todo tipo de alojamientos turísticos en la ciudad a la espera de elaborar un plan para analizar y regular el sector. La medida, que desató la ira de la oposición, ha sido, contra todo pronóstico, bendecida por el sector turístico, que ve en este plan una solución a la proliferación de alojamientos ilegales. La moratoria, en cualquier caso, afecta a una treintena de proyectos, como la Torre Agbar, que ya se habían puesto en marcha.

El Gobierno municipal señaló ayer que ha decidido abrir «un proceso de reflexión y participación» para elaborar un plan especial de regulación de alojamientos turísticos. Este documento fijará los criterios para una gestión del turismo «que permita preservar la calidad de Barcelona como destino turístico y que asegure que esta actividad no represente ninguna fuente de conflicto con los vecinos y vecinas de la ciudad».

Mientras se discute el plan, el Ayuntamiento ha acordado suspender oficialmente la concesión de licencias de todo tipo de alojamiento turístico en Barcelona durante un año, prorrogable a dos. Con esta decisión, Colau impide la emisión de licencias de hoteles, aparthoteles, apartamentos turísticos, pensiones, hostales, viviendas de uso turístico, residencias de estudiantes y albergues juveniles. La alcaldesa subrayó que se trata de una suspensión cautelar que «no significa necesariamente que estos proyectos no se acaben haciendo».

Según el Gobierno municipal, el objetivo del plan «es obtener una radiografía fija del parque de alojamiento turístico en la ciudad» que permita evaluar la oferta existente y el impacto económico y social que tiene sobre el acceso a la vivienda, pero también de la ocupación del espacio público, movilidad, diversidad de usos y producción y gestión de residuos. Una vez entre en vigor la suspensión, se inicia un periodo participativo con los actores involucrados en el sector para elaborar el plan especial, en el que se establecerán espacios que promuevan el debate y el diálogo. Para terminar el documento «se tendrán en cuenta iniciativas que favorezcan un reparto equitativo de los beneficios del turismo en los 73 barrios de la ciudad», así como medidas para descongestionar las zonas sometidas a una presión ambiental y social. En octubre de 2014, con Xavier Trias al frente, el Ayuntamiento ya congeló la concesión de licencias de pisos turísticos en toda la ciudad.

Contrariamente a lo que podía parecer, la medida cuenta con el beneplácito del sector turístico de Barcelona. Desde el Gremio de Hoteles se ofrecieron a participar en la elaboración del plan especial y consideran que es una gran oportunidad para hacer frente «de manera firme» a los establecimientos de alojamiento turístico ilegales. A su juicio, es necesario un análisis de la carga de alojamiento turístico de las diferentes zonas de Barcelona que evalúe la situación actual y la evolución de las plazas. El Gremio aboga por tener presentes estos criterios en caso de que se plantee una limitación del crecimiento de la planta de alojamiento turístico

La Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona (Apartur) y la Asociación Profesional de Edificios de Viviendas de Uso Turístico en Edificio Unico (Prohut) aplaudieron la moratoria y celebraron que se aplique a todo tipo de alojamientos turísticos. Ambas asociaciones señalaron que la moratoria será postiva siempre y cuando sirva para replantear el modelo turístico de la ciudad de acuerdo con todos los agentes implicados.

¿Y el impacto económico para la ciudad?

Tras el anuncio de Colau, PSC, CiU y PP se lanzaron en tromba a criticar la medida, bien fuera por exceso o por defecto. Mientras populares y convergentes pusieron el acento en el impacto económico para Barcelona, para los socialistas la medida se queda corta y tendría que incluir un plan de choque contra los alojamientos. Javier Mulleras, concejal del PP, criticó que Colau haya anunciado la medida de forma unilateral denunció que la alcaldesa está «paralizando la ciudad y una de sus actividades económicas más importantes».