Educación
Cataluña prepara una prueba de evaluación para profesores
El Govern defiende que «deben estar preparados para un trabajo muy exigente»
En Finlandia, la nota media para acceder a la carrera de Magisterio debe superar el nueve sobre diez.
En el caso de superar esta barrera, el siguiente paso es presentarse a una prueba nacional, donde también se tiene en cuenta si el aspirante lleva a cabo actividades de voluntariado, tiene experiencia profesional y otros estudios. En este país, se tienen tanta confianza en el profesorado que es impensable hacerles una prueba de evaluación. El profesor universitario de Política Educativa Internacional, Reijo Laukkanen, ya explicó que allí son los padres los que evalúan a los maestros dependiendo de los conocimientos que hayan adquirido sus hijos durante el curso, algo que «no suele ser necesario», reconoce.
En Cataluña, sin embargo,el Govern defiende que para mejorar el sistema educativo es necesario poner a los profesores a exámen. La Conselleria de Enseñanza de la Generalitat prepara un decreto sobre la evaluación a los profesores, segun informaron ayer fuentes del departamento que lidera Meritxell Ruiz.
«Debemos ver si existe una necesidad de mejora y de recibir más formación. Estamos trabajando en un decreto de evaluación que los promocionará», explicó el domingo en una entrevista de «La Vanguardia».
Ruiz adelantó que esta evaluación está prevista en la ley catalana de educación y que el propio profesor «quiere que, si hace bien su trabajo, esto se le pueda tener en cuenta» para su progreso profesional. Según la consellera, la evaluación pretende este progreso profesional, pero, sobre todo, encontrar «los elementos de formación que se deben introducir en el sistema» para conseguir mejora y progreso.
Los docentes deben estar «preparados para este trabajo, que es muy bonito, pero también muy exigente», añadió.
El filósofo y catedrático José Antonio Marina ya planteó en diciembre el debate sobre la necesidad de evaluar a los docentes, en el borrador del Libro Blanco de la Función Docente no Universitaria, que fue encargado por el Ministerio de Educación. Marina defendió en aquella ocasión una formación docente similar a la de los médicos en España, que dura alrededor de siete años, y cuenta con procesos selectivos y también con prácticas remuneradas con el objetivo de que sea un profesión «de alto nivel».
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