Sucesos

Cinco detenidos tras provocar destrozos en la huelga estudiantil

Unas 4.500 personas se manifiestan contra los recortes en educación

La Razón
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Barcelona empieza a asumir como una peligrosa costumbre que buena parte de las manifestaciones terminen en altercados. Y la huelga estudiantil de ayer no fue una excepción.

Barcelona empieza a asumir como una peligrosa costumbre que buena parte de las manifestaciones terminen en altercados. Y la huelga estudiantil de ayer no fue una excepción. La jornada acabó con numerosos destrozos, cinco detenidos y siete heridos, además de ser la primera piedra de toque para el nuevo conseller de Interior, Ramon Espadaler.

Los primeros problemas para la policía autonómica se produjeron en la avenida Diagonal, cuando varios grupos de estudiantes cortaron el tráfico de camino a la manifestación de estudiantes y profesores contra los recortes y la reforma universitaria del Gobierno, que daba comienzo a las 12.30 horas en la plaza Universitat. La manifestación, que congregó a unas 4.500 personas según los Mossos, se disolvió al llegar a la confluencia de las calles Almogàvers con Nàpols, mientras que algunos jóvenes permanecieron dentro del parque de la Estació del Nord. A lo largo de la protesta, pese a la fuerte presencia policial, ya se dieron incidentes como el lanzamiento de objetos. Tras finalizar la protesta, la tensión fue a más y un grupo de 200 radicales se separó del grueso de la protesta para enfrentarse a la policía autonómica.

Altercados

Los encapuchados comenzaron a apedrear y lanzar botellas de cristal a los agentes de los Mossos d'Esquadra que custodiaban la manifestación. Acto seguido, quemaron varios contenedores frente a los agentes, que al final cargaron contra los manifestantes para dispersar la concentración. Los disturbios terminaron con cinco detenidos por desorden público y siete heridos leves.

El secretario de Universidades de la Generalitat, Antoni Castellà, condenó la actuación de los radicales e indicó que el seguimiento de la jornada de huelga en las universidades públicas catalanas «fue bajo». Castellà, que aseguró que la huelga fue siendo «irrelevante» entre el personal de administración y servicios de las universidades, explicó que, según los primeros datos de que dispone, un 70 por ciento de los alumnos asisitió a clase. También alertó de que «grupos de fuera del sistema universitario puede crear disturbios, que siempre son creados por elementos externos a la universidad».