Musical
Con la voz es suficiente
El Teatre Condal acoge los grandes éxitos de Broadway en espectaculares versiones a capella
El Teatre Condal acoge los grandes éxitos de Broadway en espectaculares versiones a capella.
Trece voces, trece timbres heterogéneos, trece colores diferentes, trece texturas cruzadas, trece formas de proyectar una historia y una emoción, trece formas de hacer vibrar el pequeño gran espacio que existe entre dos personas, trece maneras de subir y bajar los picos de la escala tonal a las alturas y los abismos, trece modos, en definitiva, de cantar para que trece voces se conviertan en una única voz, esa canción que recibes como un susurro y devuelven como el más eufórico de los gritos. Esto es lo que consiguen los trece jóvenes intérpretes del espectáculo musical «Broadway a capella», que ahora llega al Club Onyric, antiguo Teatre Condal. «Trabajar a capella es muy complicado, muy difícil, pero estos cantantes han conseguido conjuntarse a la perfección. En la tercera canción te olvidas de que no existen ningún instrumento. Muchos que los han visto me han dicho que parecen una orquesta vocal», asegura Gerard Ibéñez, director del montaje.
El Condal acoge hasta el 27 de enero un programa basado en los grandes éxitos de Broadway, pero con arreglos diferentes creados especialmente para la ocasión, y que hacen brillar el poder de la voz para borrar escalas y llegar de forma directa al corazón del espectador. «Es un espectáculo perfecto para un público familiar, pero también para gente que le guste la clásica, o el pop rock, o los grandes musicales, y todo porque estas trece voces se convierten en una sola», añade Ibáñez.
Los cantantes, a través de enérgicas coreografías, van repasando los grandes éxitos del género, de mellow pop de «Sonrisas y lágrimas» al hip hop reivindicativo de «Hamilton». Entre medio, «Hair», «Wicked», «West side story», y así hasta 35 canciones que van de sus versiones originales a versiones en español o catalán. «Está claro que hemos cogido toda nuestra inspiración de los espectáculos de Broadway o el West End, pero después de muchos años viajando a Nueva York y Londres, puedo asegurar que nunca ha visto un espectáculo como este», confiesa Daniel Anglès, director artístico del Club Onyric.
El montaje es posible, entre otras cosas, gracias al éxito de programas como «Oh happy days!», que introdujo el acapella a toda una nueva generación. Y lo hizo tan bien que aquí no hay trampas de ningún tipo, el espectáculo es 100 por 100 a capella, y no como cuando nos visitan formaciones internacionales, que siempre se ayudan de fragmentos pregrabados o auriculares escondidos. «Queremos que esta formación pueda convertirse en un grupo y que gire como banda por todo el mundo», añade Anglès.
Una de cal y otra de arena
El Onyric cubre así su primer semestre con el relativo fracaso de «Fun Home», que ha hecho congelar el proyecto del musical «Les dames del perpetu socors», pero con el éxito de todo su programa paralelo. En enero se esperan piezas como «Aladdin», «Amar x amar», un tributo a Queen y los conciertos de Eva María Cortés o Love of Lesbian. «Necesitábamos que hubiese venido más gente a “Fun Home”. Eso nos hubiese dado barra libre para probar musicales más arriesgados», reconoce Anglès.
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