Barcelona
«Efecto 28-A»: ERC y el PSC trasladan su pugna al cinturón metropolitano
¿Cómo llegan los partidos tras las generales? La campaña de las municipales ofrece reválidas, retos y nuevas luchas
¿Cómo llegan los partidos tras las generales? La campaña de las municipales ofrece reválidas, retos y nuevas luchas
Con apenas un puñado de días de respiro, los partidos afrontan a partir de la semana que viene la segunda vuelta de esta intensa primavera electoral en plena resaca del 28 de abril. Las generales depararon en Cataluña varias sorpresas más o menos anunciadas –ERC ganó con holgura dentro del independentismo doblando el resultado de JxCat y el PSC confirmó su resurrección– que pueden afectar al mapa que se derive de las municipales. Pese al voto diferenciado de cada contienda, la cercanía de ambos comicios y el viento de cola que provocan las tendencias que arrastra cada partido en política pueden ser determinantes.
JxCat: Estreno con mapa azul
El mapa se tiñó de azul convergente en las municipales de mayo de 2015 pese a una salvedad capital: el partido de Artur Mas y Xavier Trias perdió Barcelona, que pasó a manos de Ada Colau tras 32 años de domicio socialista y un breve paréntesis de mando convergente. Una derrota contundente que escoció, y mucho, en el seno del soberanismo. Ahora, con las siglas de CDC enterradas y tras mil y una batallas internas entre el Pdecat y Junts per Catalunya, la marca electoral de Carles Puigdemont se juega el todo o nada en estos comicios. Pese a esquivar un sonoro batacazo en las generales, llega tras perder la hegemonía dentro del independentismo. Fuerte en localidades de medio y pequeño tamaño y con más de 3.000 concejales repartidos por todo el territorio, JxCat se juega su músculo territorial con ERC en feudos como Girona, Figueres, Vic o Reus. En Sant Cugat, bastión convergente, los republicanos se impusieron en las generales.
ERC, un reto doble
Esquerra llega a las municipales como fuerza central del independentismo tras su inapelable victoria el 28-A. Su reto es doble: competir con JxCat en el interior y con el PSC en el área metropolitana, la gran obsesión de los republicanos. En 2015 quedaron segundos en número de concejales en la provincia de Barcelona, un hito que ahora aspiran a ampliar con el punto de mira puesto en el complejo cinturón metropolitano. La capital catalana es su gran objetivo de la mano de Ernest Maragall y en dura pugna con Ada Colau y Jaume Collboni. De hecho, la noche del 28 de abril se celebró especialmente la victoria de ERC en Barcelona ciudad, la primera desde la restauración de la democracia.
El PSC recupera terreno
El PSC recuperó cinco escaños en las generales del 28 de abril y gran parte de la moral perdida en los últimos años de revolcón socialista. Suyo volvió a ser el preciado «cinturón rojo» con victorias en feudos como L’Hospitalet, Badalona, Sabadell, Terrassa, Santa Coloma de Gramenet, Mataró o Cornellà. Su otra batalla es precisamente en Barcelona: apenas 2.000 votos separaron a los socialistas de Esquerra en las generales en la capital catalana, por lo que el PSC y Jaume Collboni ven mucho más cerca que antes el Ayuntamiento de la ciudad. En el área metropolitana han recuperado terreno tras el mordisco de Ciudadanos en las autonómicas y el crecimiento de los republicanos de la mano de Rufián.
Colau se la juega
Los «comunes» dependen totalmente de si Ada Colau logra o no reeditar la Alcaldía de Barcelona, una dura tarea teniendo en cuenta la irrupción de nuevos rivales (Elsa Artadi, Ernest Maragall o Manuel Valls) y el descalabro que el «partido morado» sufrió en las generales, perdiendo cinco diputados y bajando del primer puesto de 2016 al tercero actual. En Badalona también se la juega Dolors Sabater en una alianza con ERC.
Cs y el desafío territorial
Ciudadanos no logró despegar el 28-A a pesar del incremento a nivel nacional y de contar con la carta de Arrimadas en Barcelona. Por tanto, la «formación naranja» afronta su gran tarea pendiente, la implantación a nivel territorial, consiguiendo sólo igualar sus cinco escaños en las generales. Su apuesta es Manuel Valls en Barcelona (pese a renunciar a sus siglas) y lograr imponerse en municipios de la zona de Tarragona como Salou.
El PP mira a Badalona
Tras el desplome del domingo en las generales, el PP afronta la cita del 26-M como una reválida y con varias cartas que pueden ser ganadoras. Los «populares» de Alejandro Fernández se reivindican como una formación «pactista» a nivel territorial con el gobierno de Tarragona y el PSC de Fèlix Ballesteros como ejemplo. Entre otras localidades, miran a Castelldefels, Pontons y, sobre todo a Badalona, donde el verso libre de Xavier García Albiol aspira a todo. El vídeo de esta semana reivindicando su propia marca lo demuestra.
La CUP, a examen
Sin presencia en las generales, la militancia de la CUP examinará su salto a las instituciones y la obra de gobierno en municipios como Berga, donde vuelve Venturós tras ser inhabilitada. El independentismo sumó en 2015 1,4 millones de votos (45%).
✕
Accede a tu cuenta para comentar