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El envejecimiento agrava las enfermedades del hígado

Piden usar ratones mayores en estudios hepáticos para aumentar la eficiencia de los estudios

En la imagen, el jefe del grupo Biología Vascular Hepática, Jordi Gracia–Sancho
En la imagen, el jefe del grupo Biología Vascular Hepática, Jordi Gracia–Sancholarazon

Las enfermedades hepáticas son la tercera causa de muerte en hombres de entre 40 y 60 años y éstas son una causa de alta mortalidad y morbilidad en la edad avanzada.

Las enfermedades hepáticas son la tercera causa de muerte en hombres de entre 40 y 60 años y éstas son una causa de alta mortalidad y morbilidad en la edad avanzada. Si a ello añadimos que se está produciendo un progresivo envejecimiento de la población de los países desarrollados a causa del aumento de la esperanza de vida - el 14% de los europeos tiene más de 65 años y se estima que en 2030 este procentaje llegará hasta el 23%- parece esencial conocer las bases moleculares del hígado para poder definir intervenciones terapéuticas efectivas en el tratamiento de las enfermedades hepáticas.

En las últimas tres décadas se han llevado a cabo numerosos proyectos de investigación a nivel mundial destinados a conocer mejor este órgano y a definir nuevas terapias, pero el caso es que en su mayoría estos han resultado muy ineficaces. Tal y como apunta Jordi Gracia-Sancho, jefe del grupo de Biología Vascular Hepática de IDIBAPS, «se han desarrollado un centenar de terapias efectivas en la investigación experimental, pero solo una o dos han sido también efectivas en pacientes». El motivo , como señala Gracia-Sancho, es que hasta ahora, para llevar a cabo estos estudios acerca de las enfermedades hepáticas se han utilizado modelos de animales jóvenes cuando la realidad es que éstas afectan principalmente a hígados envejecidos.

«Las células de los hígados envejecidos son diferentes a las de los jóvenes y eso es lo que explicaría que las terapias de laboratorio desarrolladas en los últimos treinta años no se hayan podido traducir satisfactoriamente a la práctica clínica». Y esa es la principal conclusión que se deriva de una serie de tres estudios publicados por investigadores del IDIBAPS, en los que se describe el impacto del envejecimiento del hígado en diferentes enfermedades hepáticas.

«La firma molecular de los hígados envejecidos es diferente a la de los jóvenes, las células de este órgano responden de manera diferente, por lo que las dianas terapéuticas también han de ser diferentes», señala Gracia-Sancho, coordinador de los estudios, quien apunta que «dado que los pacientes que padecen las enfermedades hepácticas son personas envejecidas, la investigación debe realizarse con modelos preclínicos envejecidos, y no jóvenes como hacía hasta ahora. En definitiva, «hay que reconsiderar los modelos empleados en investigación para desarrollar estrategias más eficaces».

Por lo tanto, a partir de estos estudios queda claro y demostrado que «el envejecimiento provoca cambios profundos en los diferentes tipos de células del hígado, lo que hace que la firma molecular de ese órgano sea diferente a la de uno joven y ello afecta al comportamiento de las enfermedades del hígado, a la respuesta de sus células a estas patologías, provocando que estas enfermedades sean más prevalentes y agresivas», algo que ya se sospechaba pero no se había estudiado. «Por ejemplo, en la cirrosis, la fibrosis hepática y la hipertensión portal son más graves en modelos de edad avanzada que en jóvenes debido a cambios profundos en diferentes tipos de células del hígado».

Así pues, estos estudios, que han descrito el hígado de modelos de animales de edad avanzzada sanos y los cambios observados se han validado también en muestras de hígados de personas jóvenes y mayores, fundamentan científicamente la necesidad de recurrir a modelos preclínicos de animales también envejecidos, puesto que son los que mejor mimetizan al paciente real de las enfermedades hepáticas, para que los resultados de la investigación sean eficaces también en la práctica clínica.