Política
El Govern desautoriza al conseller Gordó: «La consulta se hará sí o sí»
Sigue diseñando el estado propio e impulsa la hacienda y la diplomacia catalanas
Los desencuentros entre los socios del tripartito consiguieron que el gobierno de Pasqual Maragall fuera conocido popularmente como «Dragon Khan».
Los desencuentros entre los socios del tripartito consiguieron que el gobierno de Pasqual Maragall fuera conocido popularmente como «Dragon Khan». Su sucesor, José Montilla, siempre lamentó que le falló el relato. Artur Mas, al margen de tener que hacer funambulismos entre Unió y Esquerra, había logrado mantener a su ejecutivo unido en la defensa de un único relato. Hasta ayer, que el portavoz del gobierno catalán, Francesc Homs, se vio empujado a desautorizar a su compañero, el conseller de Justícia, Germà Gordó, que un día antes sorprendió a propios y a extraños al considerar que no ve manera de celebrar una consulta soberanista en Cataluña si no es llegando a un acuerdo con el Gobierno.
Aunque Homs admitió que la prioridad de la Generalitat ahora es negociar una consulta pactada, aseguró que el guión no ha cambiado ni una coma. «La hoja de son los acuerdos firmados: el programa electoral de CiU, el pacto de gobernabilidad con Esquerra y las dos declaraciones soberanistas aprobadas en el Parlament de Cataluña», afirmó.
Y en los cuatro documentos, el gobierno catalán se emplaza a celebrar una consulta soberanista en el marco de la legalidad, aunque no detalla si debe ser pactada con el Gobierno o amparada por una norma aprobada por el Parlament.
«El rumbo se mantiene»
Si bien el pacto entre CiU y ERC insta a dialogar con Mariano Rajoy para impulsar una consulta acordada, pese a la buena sintonía que los últimos días han exhibido ambas administraciones, republicanos y nacionalistas dan por hecho que la negociación con el Gobierno caerá en saco roto. Por eso CiU y ERC, con ICV y PSC como aliados, han iniciado en el Parlament los trámites para aprobar la ley de consultas catalana que dé «cobertura» a una consulta con carácter no vinculante al margen de la Constitución.
Aunque es «vox populi» que Homs y Gordó no tienen una relación estupenda, el portavoz del gobierno catalán intentó no entrar en contradicción con el conseller de Justicia. Pese a admitir que las declaraciones de Gordó no estaban previstas y sorprendieron al gobierno, intentó justificarlo, alegando que lo que pretendía decir era que el plan de la Generalitat se complicará si el Gobierno pone palos a las ruedas a la consulta.
Para evitar futuros mal entendidos con ERC, subrayó que «el rumbo se mantiene», que «no nos moveremos» y por si no quedó claro insistió en que «la consulta se celebrará sí o sí». Para demostrar que no va de farol, sólo tuvo que echar mano de los acuerdos que ayer aprobó el Govern. Ajeno al ruido dialéctico, Mas sigue construyendo el futuro estado catalán. Ayer impulsó la memoria previa a la presentación del anteproyecto de la futura ley de exteriores y el programa para definir el modelo de una hacienda propia, «dos estructuras de estado básicas que hay que tener a punto en el contexto de un nuevo escenario político –la independencia–», admitió Homs.
Precisamente, Homs entregó al ministro de Asuntos Exteriores el borrador del anteproyecto, en una reunión en el Palau, de la que ninguno quiso dar detalles. La ley catalana de exteriores dota Cataluña de «una red de representación en el exterior y un personal de primer nivel preparado para lograr retos de futuro». Mientras que el programa de la agencia tributaria es una de las patas para completar la hacienda catalana. 0
✕
Accede a tu cuenta para comentar