Barcelona

El Park Güell estrena el peaje de ocho euros con turistas resignados y vecinos divididos

Unos gamberros sabotean las máquinas expendedoras de billetes como protesta

El 86 por ciento de los visitantes del Park Güell son extranjeros, sólo un 2,4 es de Barcelona
El 86 por ciento de los visitantes del Park Güell son extranjeros, sólo un 2,4 es de Barcelonalarazon

BARCELONA- El primer día de pago para acceder a la zona monumental del Park Güell transcurrió ayer con normalidad, o al menos con la normalidad que cabe esperar en un día de cambios, entre el descontento de algunos turistas desinformados y la naturalidad o conformismo de quienes ya conocían la novedad, a excepción de algún vecino en desacuerdo por cómo se han hecho las cosas, que han demostrado su descontento destrozando las máquinas que expendendoras de las estaciones de Metro cercanas. El sabotaje causó largas colas en las taquillas.

Entre los vecinos, se oían ayer voces discrepantes. «La colocación de las taquillas para acceder a la zona monumental es una agresión al patrimonio arquitectónico de la obra de Gaudí, una aberración», denuncia David Salses, vecino que acude al parque a pasear a los perros. De los tres puntos de venta y recogida de entradas instalados en los accesos al parque –Calle Olot, carretera del Carmel y Sant Josep de la Muntanya– dos de ellos están ubicados en pleno monumento, rompiendo así con la línea arquitectónica. «El de la calle Olot es provisional a la espera de que concluyan las obras para ubicar la taquilla definitiva y el de Sant Josep de la Muntanya simula el cobre, aunque está recubierto con un vinilo azul, para buscar así su máxima integración en el entorno», explica una de las empleadas de Barcelona Serveis Municipals, que trabaja en el resolviendo dudas a los visitantes.

Turistas sorprendidos

Son muchos los turistas que ayer se sorprendían ante la noticia de que había que pagar. Principalmente turistas que viajan por cuenta propia, sin guía, agencia o grupo organizado. «Estuvimos el año pasado y no había que pagar, así que no esperábamos que eso hubiera cambiado», señala una visitante alemana, quien asume con resignación el hecho de tener que pagar ocho euros para volver ver la obra de Gaudí. Por su parte, un padre de una familia procedente de Francia lamenta que en la guía no ponga nada acerca de la necesidad de comprar entrada y se muestra disconforme con esta nueva medida. «No veo normal que te hagan pagar por un sitio público, abierto, al aire libre», señala.

Aunque el Park Güell es un espacio público, está considerado Patrimonio de la Humanidad, lo que autoriza al Ayuntamiento a restringir su acceso.

Con este peaje el Ayuntamiento pretende frenar la masificación turística. Cualquier persona que quiera visitar la zona monumental del Park Güell, debe hacerse con una entrada, que puede comprar con antelación –hasta tres meses antes–, a través de la página web o bien el mismo día en las taquillas y cajeros automáticos del parque y en las estaciones de metro de Lesseps y Vallcarca. En este último caso, el visitante corre el riesgo de quedarse sin entrada para la franja horaria deseada, ya que la disponibilidad de tiquets estará sujeta al número de visitantes hasta llegar a un máximo de 400 personas cada media hora.

La entrada general tiene un coste de 7 euros, uno más si se compra en taquillas, mientras que el acceso para niños menores de 6 años, los guías oficiales de la Generalitat y para quienes disponen de la tarjeta rosa es gratuito. Por último, los niños entre 7 y 12 años y los mayores de 65 han de abonar 4,90 euros, uno más si se compra en taquillas, para acceder al la zona monumental del Park Güell, que a partir de las 18.30 horas abre todos sus accesos al público en general de forma gratuita.

Vecinos y barceloneses tienen una entrada diferentes a la de los turistas. Hay una tarjeta exclusiva para vecinos, que es personal e intransferible y que únicamente se otorga a los residentes en los cinco barrios adyacentes al parque –El Coll, Vallcarca, Penitents, La Salut, el Carmel y Can Baró–, que garantiza un acceso libre y gratuito a la zona monumental durante todos los días del año. Se solicita a través del 010 o bien acudiendo a la Oficina de Atención Ciudadana del barrio y en un corto plazo de tiempo la recibes en casa vía correo ordinario.

Pase para los barceloneses

Además, las comunidad educativa de las escuelas de los alrededores del parque –Baldiri Reixac, Cor de Maria, Jseuïtes de Gràcia, Petit Virolai y Reina Elisenda y Turó del Cargol– también tienen acceso gratuito.

Los barceloneses pueden hacerse con el pase del Gaudir + BCN. Registrándose en las oficinas de la plaza Sant Miquel, uno puede retirar una entrada gratuita diaria para visitar la zona monumental o reservarla con antelación. Antes de acceder al recinto hay retirar la entrada en los cajeros del parque y aquellos ubicados en las paradas de medios de transporte, así como hacer la cola de acceso pertinente.

Según la normativa europea, cualquier ciudadano de la Unión Europea podría beneficiarse también de esta iniciativa, pero ello resulta complicado para quienes no residen en Barcelona ya que los trámites para acceder a esta acreditación deben hacerse en persona en la plaza Sant Miquel, puesto que es imprescindible la huella dactilar, y los trámites para poder disfrutar de ella suelen prolongarse una semana.

El caso es que a última hora del jueves, ya eran 31.720 los vecinos del Park Güell y 6.700 personas de la comunidad educativa de la zona que las disponían de la tarjeta de acceso gratuito y 450 las personas registradas en Gaudir+BCN.

Protesta de «Salvem el Park Güell»

La plataforma Defensem el Park Güell, que cuenta con 55 entidades y 77.000 firmas, se concentra hoy contra el peaje. Daniel, uno de sus portavoces, alega que «estamos hablando de un parque público, para todos, y pese a que queremos una regulación para evitar la masificación turística no creemos que ésta deba pasar por cerrar el área monumental». «Además, sólo se ha regulado el 8% del parque y habría que regular el acceso de todo el recinto», lamenta. Aboga por controlar los autobuses.