Ministerio de Justicia
El TSJC critica las dudas sobre la independencia del poder judicial
Barrientos alerta a los nuevos jueces de que se encontrarán con «tensiones en la sociedad catalana»
Desde hace algunos años, incluso con anterioridad a la situación de los políticos presos, se pone en duda de forma bastante constante desde algunos sectores del separatismo la independencia del poder judicial.
Desde hace algunos años, incluso con anterioridad a la situación de los políticos presos, se pone en duda de forma bastante constante desde algunos sectores del separatismo la independencia del poder judicial. Se le ha vinculado en numerosas ocasiones con decisiones políticas, del Gobierno, sea del color que sea.
Pocos días después de que el Rey Felipe VI presidiera por primera vez en Madrid (en lugar de Barcelona) la entrega de la posesión de los despachos a los nuevos jueces, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), Jesús María Barrientos, realizó el mismo acto paralelo en la capital catalana.
En su discurso, alertó de los «peligros» que suponen las críticas a las resoluciones judiciales que con frecuencia «buscan abiertamente el descrédito y deslegitimar todo el sistema de la justicia, singularmente cuando lo hacen quienes ejercen la más alta representación pública». Barrientos afirmó que «lamentablemente la crítica de las resoluciones judiciales no siempre tiene una vocación constructiva».
Lamentó que con frecuencia estas críticas entran en la «descalificación personal del juez o tribunal del que emanan, o bien buscan abiertamente el descrédito y la deslegitimación de todo el sistema de justicia».
«Quiero alertar de los peligros que esto comporta, singularmente cuando los que lo hacen ostentan la más alta representación pública», ya que a su entender contribuyen a socavar los pilares que apoyan la organización social.
El presidente del alto tribunal catalán advirtió a los nuevos jueces de que percibirán tensiones políticas en la sociedad catalana, y añadió que, entre «los factores de tensión, se encuentran los que buscan la deslegitimación y descrédito» de los jueces como garantes de la legalidad constitucional.
«Por eso es tan necesario, en este marco preciso, insistir en el relevante papel que asumís a partir de hoy como integrantes, ya, de la arquitectura de nuestro Estado de Derecho», insistió. También resaltó que España «puede presumir hoy, para frustración de quienes ponen todo su empeño en el desprestigio, de integrarse entre los 20 países del mundo catalogados como democracias plenas», según el indicador anual de democracia en el mundo publicado por The Economist.
Subrayó que el sistema judicial «cumple con los estándares más exigentes de respeto a los derechos humanos reconocidos en los convenios internacionales», y citó en su discurso una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) contra Bélgica por vulneración de la convención.
Barrientos advirtió a los nuevos jueces de que llegan al cargo en un momento de máxima exigencia social, y de que las resoluciones pueden ser públicamente escrutadas, «singularmente si afectan a personas y entidades de alguna notoriedad».
Consideró que la publicidad y la transparencia «son el canal más directo» para que una decisión judicial pueda ganarse la confianza del ciudadano. En su discurso a los nuevos jueces, Barrientos destacó que a los jueces les corresponde «custodiar y hacer cumplir la Constitución y la Ley».
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