Exposición

En la mesa con Picasso

Una exposición recoge los vínculos del pintor malagueño con la cocina a partir de numerosas obras

Pablo Picasso comiendo en La Californie fotografiado por David Douglas Duncan
Pablo Picasso comiendo en La Californie fotografiado por David Douglas Duncanlarazon

Una exposición recoge los vínculos del pintor malagueño con la cocina a partir de numerosas obras.

Pablo Picasso buscó inspitración en cualquier sitio para su obra, incluso en los fogones, en los dieferentes platos que saboreó, ya fuera en la cervecería Els 4 Gats o en el restaurante Le Catalan, en las cocinas de sus diferentes casas, o en compañía de esposas, amantes o sus amigos más incondicionales. Eso se traduce en su pintura, desde su juventud en Barcelona, siguiendo en numerosos dibujos, cerámicas, esculturas y grabados formando un menú artístico de primer nivel, el mismo que ahora se nos sirve en el Museu Picasso de Barcelona.

Se trata de una muestra ambiciosa que nos permite adentrarnos por todas las etapas creativas del genio malagueño, a partir del comisariador de Emmanuel Guigon, Androula Michael y Claustre Rafart, pero siempre con la cocina como excusa, con materiales procedentes del mismo museo barcelonés, además de colecciones públicas y privadas de dentro y fuera de nuestro país.

El recorrido se inicia en la cocina catalana, la de la taberna modernista dirigida por Pere Romeu, una cocina que no era gran cosas, pero decía Pla, «con unas raciones que «fueron siempre una pura ilusión de espíritu». Una vez instalado en París, Picasso se encuentra con la modernidad, algo que incluso puede saborear. De la mano del cubismo hace suyos un vaso de absenta o una botella de Anís del Mono, además de incorporar a su repertorio plástico la mesita de un café o el letrero de un restaurante.

Picasso tenía la capacidad para trabajar con cualquier cosa que caía en sus manos. En la exposición este hecho se traduce en su habilidad para construir una escultura a través de utensilios de cocina, como encontramos en «Cabeza de mujer», hecho con chapa de metal y un colador pintados. Pero Picasso no solamente era pintor sino que también fue escritor, incluso de teatro, concretamente de una obra titulada «El deseo atrapado por la cola», repleta de palabras de cocina.

La muestra continua con las penurias vividas durante la guerra, donde la cantina Le Catalan se convirtió en el refugio para Picasso y sus amigos. Probablemente una de las grandes estrellas en la exposición es «La cocina», una gran tela de 1948, una pieza comparable a «Guernica».