Barcelona

José Montilla: «Cataluña está peor que cuando yo era president»

José Montilla
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BARCELONA- José Montilla (Iznájar, Córdoba, 1955) resume en su último libro «Clar i català» (La Magrana) sus cuatro años de presidencia. Montilla sentía que su gobierno tenía propósitos claros. Ahora, en cambio, se pregunta cuál es el objetivo.

–El pasado domingo hubo en Barcelona una manifestación «Contra el paro, los recortes y la corrupción». ¿No le extraña que esa protesta, que resume los problemas más graves del momento, reuniera a 20.000 personas y, en cambio, las últimas manifestaciones centradas en el «derecho a decidir» hayan concentrado a cientos de miles de personas?

–Seguramente tiene que ver con la asiduidad de estas manifestaciones contra el paro y contra los recortes. No fue una manifestación hecha en una fecha señalada. Otra cosa es que se propusieran hacer una gran manifestación en una determinada fecha y todas las organizaciones se pusieran a trabajar y a montar autocares.

–Dice en su libro que no se arrepiente de haber ido a la manifestación del 10-J que llevó por lema «Somos una nación, nosotros decidimos». ¿Volvería a ir ahora una marcha para defender el «derecho a decidir»?

–Yo fui a aquella manifestación, básicamente, por la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut. Había sobrados motivos, dada la relevancia de la sentencia. Ahora no me veo en manifestaciones, pero eso no significa que no acabe yendo a alguna.

–A menudo ha criticado el lenguaje ambiguo de CiU, por ejemplo, con el «pacto fiscal en la línea del concierto económico». ¿Cuál es la diferencia entre el «derecho a decidir» que defiende el PSC y el derecho a la autodeterminación?

–Es difícil de resumir. Creo que el derecho a decidir es más bien un principio democrático y no un derecho que figure en leyes o tratados internacionales. El derecho a la autodeterminación figura en las resoluciones de Naciones Unidas –si no me equivoco, en la 1514 de 1960–, pero está ligado a procesos de descolonización.

–¿Usted defiende que Cataluña tenga derecho a la autodeterminación?

–Cataluña no es una colonia y eso lo reconocen los propios independentistas, por tanto, no podría acogerse a la resolución de Naciones Unidas.

–¿Pero sí que debería poder plantear una consulta para decidir su estatus político, sea para optar por un Estado propio o por formar parte de un Estado federal?

–Debería poder hacer una consulta en el marco de la ley.

–¿Y defiende que Gobierno y Generalitat dialoguen para celebrar esta consulta?

–Defiendo el diálogo no sólo para eso, sino para avanzar en el autogobierno. No sólo para hablar del derecho a decidir, sino también para abordar los recursos de Cataluña y los problemas de la sociedad como el paro, la pobreza y la corrupción.

–Hablemos de la postura del PSC respecto al «derecho a decidir». Pere Navarro comienza la legislatura anunciando que se va a abstener del proceso, luego rechaza la declaración de soberanía al Parlament y, finalmente, vota a favor de que los catalanes ejerzan el «derecho a decidir» después del diálogo entre Gobierno y Generalitat. ¿No es muy confuso?

–El debate del derecho a decidir está ahí y lo que no se puede hacer es esconderlo. El PSC tiene opinión y posición, pero lo normal sería que este tema no monopolizara el debate político porque los ciudadanos tienen otros problemas. En todo caso, si hubo coherencia de alguien fue del PSC, que ha votado lo mismo en el Congreso y en el Parlament. La incoherencia es de otros y, en concreto, de CiU e ICV.

–¿Cómo valora el rumbo de Pere Navarro, es errático o es firme?

–Creo que el rumbo del primer secretario es congruente con las resoluciones del último congreso del PSC y con nuestro programa electoral.

–Usted se siente orgulloso de haber inaugurado en su mandato más kilómetros de autovía, de metro, y más prisiones que Pujol en 23 años de gobierno. ¿La factura de esa puesta al día no ha resultado muy excesiva? (Cataluña es la comunidad más endeudada de toda España).

–Lo que hay que preguntarse es si era o no era necesario, yo digo que sí lo era. Son proyectos que no se improvisan. Cuando se estaban ejecutando llegó la crisis y nosotros no la vimos venir. Bueno, ni nosotros ni nadie. Es cierto: nos endeudamos, pero igual que la media de las comunidades autónomas de régimen común.

– Pero Cataluña encabeza el ránking.

–Sí, pero en el año 2003, cuando CiU dejó la Generalitat, Cataluña ya lo encabezaba.

– El proceso soberanista abierto por Artur Mas, ¿a quién desgasta más?

–A quien desgasta es a la sociedad. En estos momentos no hay negociación de ningún tipo. Esto no ocurría antes, nosotros negociábamos con el Gobierno para lograr un nuevo modelo de financiación. Ahora no sé cuál es el objetivo. Me pregunto por qué no se negocia un nuevo sistema de financiación porque el próximo año debe entrar en vigor un nuevo modelo. ¿Por qué no se negocia? ¿Por qué no se negocian transferencias del Estatut? Ahora la batalla es esencialista. En estos momentos los gobiernos no discuten, sino que la Generalitat plantea a través de los medios si Cataluña se va o se queda en España.

–¿Cree que Artur Mas pasará a la historia como el president más esencialista de Cataluña?

– Ya se le juzgará cuando deje de ser president. Lo que constato es que Cataluña está peor de lo que estaba cuando dejé de ser president. Y eso no es una apreciación mía, es una realidad que reflejan todas las encuestas.

– ¿Cómo ve la alianza de CiU y ERC, estando Esquerra fuera de la Generalitat?

–Lo que me preocupa es que Cataluña tiene en estos momentos un gobierno débil. Yo presidía un gobierno con una mayoría que no perdió una sola votación.