Cataluña

La CUP exige poner fin a la privatización de la sanidad para sellar la investidura

Junts pel Sí y los antisistema encarrilan el esprint final de las negociaciones. Mas responde a los anticapitalistas que diez diputados no pueden imponer su ideario y reivindica las medidas sociales que ya aplica su equipo de gobierno

La CUP dice basta a las privatizaciones y en el Parlament, Romeva y Rovira negocian
La CUP dice basta a las privatizaciones y en el Parlament, Romeva y Rovira negocianlarazon

Las lindezas que Francesc Homs ha dedicado a la CUP desde que empezó la campaña para atraer al votante moderado de Convergència no han influido en las negociaciones sobre la investidura de Artur Mas que Junts pel sí y los antisistema retomaron ayer oficialmente en el Parlament de Cataluña. O eso dice Gabriela Serra. «No nos presionan, ni nos convencen», asegura la diputada de la CUP, que ayer dio esperanzas sobre un preacuerdo tras el 20-D que permitiría arrancar la legislatura catalana.

Sin embargo, cuando Homs acusó a la CUP de reivindicar una política económica que dejaría a Cataluña «pobre y pelada», los antisistema no pudieron evitar responder por twitter que su papel es el de ampliar el proceso soberanista destacando su dinámica social. Y ayer lo quisieron demostrar con un acto frente al Hospital de Bellvitge para reivindicar que se incluya el compromiso de frenar los procesos de privatización en la sanidad catalana dentro del plan de choque que la CUP negocia con Junts pel sí y que debería facilitar la investidura de Mas.

Con el acto frente al Hospital de Bellvitge, la CUP redobló la presión sobre CDC para que incluya algunas de sus medidas sociales en la recta final de la negociación. El ex diputado de la CUP, David Fernández, en un intento de desencallar la negociación antes de empezar la campaña electoral, publicó a través de un artículo en el diario «Ara» una propuesta que pasaba por ceder dos votos para hacer posible la investidura de Mas a cambio de un plan de choque social.

Serra admitió ayer que aunque el nombre del futuro presidente de la Generalitat todavía no está sobre la mesa de negociación, la propuesta de Fernández de ceder dos votos para la investidura de Mas es una «posible» salida. La formación anticapitalista podría jugar con los nombres de Antonio Baños y Julià de Jòdar que no son militantes de la CUP.

Pero a cambio de estos dos votos exigen medidas sociales difíciles de cumplir para una Generalitat con una tesorería delicada. El mismo conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, alertó de que el Govern carece de fondos para asumir literalmente el plan de choque de la CUP.

En el plan de choque alternativo que Junts pel sí propuso a la CUP, en materia de sanidad, sólo de hablaba de reducir las listas de espera. Mientras que el diputado antisistema, Joan Manel Busqueta, en Bellvitge incluyó como «línea roja» el acceso a parejas homosexuales a la reproducción asistida, entre otras medidas.

Hasta el 22 de diciembre, día en que quieren tener una propuesta cerrada, Junts pel sí y la CUP tienen la intención de reunirse a diario en el Parlament. El día 27, tras los ágapes de las fiestas de Navidad, la izquierda anticapitalista tiene previsto votar la propuesta que salga de la mesa de negociación en asamblea.

Por parte de Junts pel sí, el equipo negociador lo forman Neus Munté, Raül Romeva, Marta Rovira, Josep Rull, Antoni Comín y Lluís Llach. En nombre de la CUP van Antonio Baños, Anna Gabriel, Benet Salellas y Eulàlia Reguant. Los diez se curaron de esquivar a la Prensa. Sólo trascendió que en el primer día de reunión se abordaron cuestiones presupuestarias y de calendario y se dejó la investidura de Mas, que la CUP se resiste a avalar para más adelante. Mas no da el acuerdo por cerrado y, en una entrevista en 8tv, dejó no rechaza elecciones en marzo.

Duran pide que no se alargue la negociación

El candidato de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, pidió ayer a sus ex socios de Convergència que «no alarguen innecesariamente las negociaciones con la CUP» porque que la población «necesita saber de qué mal tiene que morir, en términos políticos». El democristiano, muy crítico con el rumbo de CDC, tachó de «fraude electoral» que Junts pel Sí no anuncie el acuerdo con la CUP antes del 20-D.