Estreno teatral
La violencia a través del espejo
El festival Temporada Alta y el TNC acogen el estreno de la rabiosa «Blasted» de Sarah Kane
La relación entre vida privada y vida pública es a veces siniestro, como un espejo deformante que ahoga y bestializa. La lógica evidente dicta que la vida pública, la exterior, la que incluye guerras, hambruna, desastres medioambientales, huelgas, derivas soberanistas determina y moldea las relaciones privadas, pues nadie puede ser inmune a la realidad y vivir en una burbuja, por muy autista, engreído o simplemente imbécil que sea uno.
La relación entre vida privada y vida pública es a veces siniestro, como un espejo deformante que ahoga y bestializa. La lógica evidente dicta que la vida pública, la exterior, la que incluye guerras, hambruna, desastres medioambientales, huelgas, derivas soberanistas determina y moldea las relaciones privadas, pues nadie puede ser inmune a la realidad y vivir en una burbuja, por muy autista, engreído o simplemente imbécil que sea uno. Sin embargo, la verdad es que la lógica es inversa y es la vida privada y sus perfidias las que dibujaran, controlarán y darán sentido a esa llamada realidad pública. Sólo hay que pensar en un gran desastre natural. Antes, eso era señal de la ira de Dios y no había más que pedir clemencia. Sólo hay que pensar en el mismo hecho hoy y lo diferente que es visto. Cuidado con nuestra vida pública, nuestra microhistoria, pues en ella se encierran todos los desastres y problemas de la realidad externa, la macrohistoria.
Una obra, dos estrenos
El Festival Temporada Alta estrena la próxima semana «Blasted», de Sarah Kane, una obra que incide en esa relación real, pero invisible, entre vida pública y privada. Crueldad, violencia y guerra se mezclan en lo que aparentemente comienza como la vida íntima de una pareja, pero que poco a poco ira derivando hacia el abismo. En el exterior, pronto se descubrirá que la vida sigue el mismo mecanismo de humillación y autodestrucción. La obra original se estrenó en 1995 y su crudeza y brutalidad escandalizó a propios y extraños, que sin embargo disfrutaban de cierta forma sadomasoquista con la desnudez emocional que estaban presenciando. 20 años después, es un clásico contemporáneo, una de esas joyas que se van puliendo hasta brillar con todo su esplandor. Por su puesto, no ha perdido vigencia, sino como las obras maestras se ha cristalizado, lo que significa que se puede ver la realidad a través de sus palabras como si fuera una lenta de aumento
El 7 de diciembre llegará así a Girona para pasar al Teatro Nacional de Cataluña (TNC) del 11 de enero al 11 de febrero. Pere Arquillué y Marta Ossó son los protagonistas de esta historia, que empieza con un hombre maduro y una mujer joven dirigiéndose hacia una habitación de hotel de común acuerdo y acaba con una violación. «En su momento la obra no se entendió, dijeron que era pornografía; pero yo creo que esta obra no es más dura que el mundo en el que vivimos y, si podemos vivir aquí, también podemos ver Blasted», comenta Gorina, que defiende la violencia verbal y específica de la obra ya que no la estiliza ni la glorifica, sino que la utiliza como espejo deformante para mostrar «la miseria humana en un entorno escenográfico desnudo y crudo». Lamentablemente, con la rémora de la violencia de género que estamos sufriendo, y los escándalos de agresión sexial «la obra es tremendamente actual porque no sólo habla de violencia de género, sino también de la invisibilidad de las violaciones y de los conflictos armados».
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