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Los malabarismos del vodevil

El Mercat de les Flors acoge la última maravilla de la poética compañía de circo Los Galindos.

Los Galindos volverán a llenar el Mercat de les Flors de magia para toda la familia con sus variedades circenses.
Los Galindos volverán a llenar el Mercat de les Flors de magia para toda la familia con sus variedades circenses.larazon

El Mercat de les Flors acoge la última maravilla de la poética compañía de circo Los Galindos.

A Arnau le encantaba cerrar puertas. No permitía que ninguna quedara abierta. Le gustaba pensar que así, sin ver lo que ocurría detrás, todo era posible. Nadie podía contradecirle. Así creaba sus pequeños teatros, sus farsas, sus fantasías, sus imposibles circos. Cuando su madre abandonaba su cuarto, corría a cerrar la puerta, y entonces se imaginaba que ella caminaba por las paredes, afectada por una nueva gravedad, y bailaba como los locos, levantando los brazos, colgándose de las lámparas para no tropezar y diciendo, «inviernnooooooo» mientras se sacudía la caspa de la cabeza.

A veces llamaba a su hermana sólo para decir que se marchase y cerrase la puerta detrás de sí. Entonces se la imaginaba reduciendo de tamaño a cada paso, hasta que llegaba a su habitación montada en una hormiga que se llamaba Betty y masticaba tabaco. Entonces gritaba «Inviernoooooo», mientras nevaba en casa y todo se llenaba de blanco.

Acto seguido entraba su padre a avisarle de que ya estaba la cena y él sonreía, corriendo a cerrar otra vez la puerta. A su padre le empezaban a crecer los dedos de la mano hasta que un explorador los encontraba debajo de la nieve y empezaba a seguirlos para ver hacia donde le llevaban. Le llevaban, por supuesto, a la mano de su padre, que aplaudía a rabiar porque le encantaba el «inviernoooo» y mataba al pobre explorador.

Le encantaba. Arnau era un niño feliz. Y, sin embargo, cada día intentaba cerrar la puerta de su cuarto y que fuese él quien quedase fuera y que todo fuera posible. Sin embargo, siempre fracasaba, y a veces se sentía triste, encerrado, porque parecía condenado a quedarse siempre dentro, aislado de la maravilla. «Inviernooooooo», gritaba entonces, pero ni aún así. Hasta que un día su madre le llevó a ver a la compañía de circo Los Galindos, y por primera vez sintió que la maravilla sí estaba a su alcance, que cerraban las puertas y él también quedaba fuera. «Invierrnooooo», gritó con una lágrima en los ojos y una enorme sonrisa en el rostro.

La carpa es tu casa

El Mercat de les Flors acoge del 22 de diciembra al 4 de enero el espectáculo «Udul», de Los Galindos, la nueva maravilla poética de la compañía que quiere trasladar la locura y la maravilla del vodevil y el music hall al mundo del circo. Bet Garell y Marcel Escolano crean un espectáculo que han bautizado como «circo de entrañas» y que cuenta la historia de cuatro intérpretes y cómo pueden convivir con lo imposible y lo maravilloso. Bicicletas artísticas, perchas chinas, números acrobáticos y un espíritu clown se unen para conseguir emocionar al público en 360 grados, desde la risa a la lágrima.

Lo más característico de la propuesta es el espacio mismo. La plaza Margarida Xirgu acoge así su propia carpa, que funciona como una casa, que ellos han bautizado como Iurta, en referencia a los habitáculos de los nómadas de Mongolia. Consiguen así un espacio reducido, con un aforo máximo de 90 personas, en lo que todo ocurre a escasos centímetros del público. El efecto es esa sensación de participar de la maravilla, de saber lo que de verdad ocurre cuando cierras una puerta y todo queda detrás.