Artistas

Los ruidos de la calle

El grupo Mayumana llega al Teatro Victoria con «Rumba», espectáculo creado a partir de las canciones de los hermanos Muñoz, Estopa

Decorado reconocible La puesta en escena quiere reflejar las calles en las que nació la Rumba para contar su propia versión de «Romeo y Julieta» con lo que podrían ser dos clanes gitanos enfrentados
Decorado reconocible La puesta en escena quiere reflejar las calles en las que nació la Rumba para contar su propia versión de «Romeo y Julieta» con lo que podrían ser dos clanes gitanos enfrentadoslarazon

El grupo Mayumana llega al Teatro Victoria con «Rumba», espectáculo creado a partir de las canciones de los hermanos Muñoz, Estopa.

Orlando Benavent vivía en una vieja caseta de palomas en el tejado de un edificio del extrarradio. Vivía allí desde hacía dos meses y por el momento nadie le molestaba. Tenía su camastro, su recambio de ropa y sobrevivía a base de pequeños trabajos que la gente del barrio le ofrecía. Le llamaban Orlando Campeón porque sabía hacer de todo, de desatascar lavabos hasta arreglar electrodomésticos o reprogramar ordenadores. Los domingos por la tarde incluso le dejaban una guitarra y cantaba una rumba mestiza que hacía las delicias de todo el mundo. Nadie sabía de dónde había salido, pero tampoco hacían preguntas.

Orlando se mantenía así ocupado y vivía tranquilo. Sólo por las noches sentía cierto desasosiego, cuando el silencio se extendía por todas partes. Entonces echaba de menos su antiguo cuarto, allí donde su madre le acurrucaba de pequeño y le deseaba buenas noches. Ahora nunca lo eran y eso que él lo deseaba y deseaba, pero al parecer no tenía el poder de conceder deseos, como sí parecía tener su madre.

El silencio se lo impedía, le hacía escuchar cosas extrañas. Primero era un frenazo violento, luego un claxon agudo, un ladrido de animal acorralado, un tañido de metales rápido y amenazante, y el ritmo que se amontonaba provocaba una excitación fatal, porque el ruido se convertía en música y la música en conversaciones y las conversaciones en discusiones violentas y siempre acababa por oír voces terribles multiplicadas por las estrellas deciendo cosas como, «Orlando, rata, cierra la boca». Y cada vez lo oía más cerca.

Lo que hacía entonces era cantar, llenar el silencio con alegría. Utilizaba las canciones de Estopa, sus favoritas. Le hacían vencer el miedo que se apoderaba de él. Podía entonces separar los sonidos y entender que no eran insultos y amenazas, sino sólo ruidos de la calle. A la mañana siguiente, todavía con la canción de Estopa en la cabeza, bajaba a la calle conel ánimo recuperado, con ganas de saltar y bailar para pisar todos los malos augurios, agradeciendo a los hermanos Muñoz su talento. «Orlando, campeón, como éstás», le preguntaban. «Mejor que nunca», contestaba nervioso, pisando elsuelocomo si fuera el mismísmo Fred Astaire.

Ese es uno de los poderes de la música de Estopa que ahora portagoniza el nuevo espectáculo de la celebrada compañía Mayumana. El Teatro Victoria acoge «Rumba!», en que la compañía de origen israelí se inspira en las canciones de los hermanos Muñoz para explicar una historia urbana y euforizante en que el ritmo lo invadirá todo.

A través de los irónicos ritmos y letras de la banda barcelonesa, la formación explican la historia de dos familias enfrentadas que viven en el mismo barrio. Como si del mismísimo «West Side Story» de tratase, más que «Romeo y Julieta», mientras la confrontación y el odio y violencia crezca, una historia de amor nacerá en el seno de las dos familias para demostrar que hay algo más real y positivo por el que luchar. La percusión y el ritmo lo invadirá todo, con Estopa desatado dando cohesión al relato. Incluso incluye un tema inédito de la banda, «Miriam», que da nombre a la protagonista femenina de la historia, «y que nunca grabamos porque la letra era demasiado dura», reconocía ayer David Muñoz.

La idea de crear este espectáculo surgió cuando Boaz Berman, fundador de Mayumana, «compró un disco de Estopa en una tienda de música de España hace diez años», dijo la coautora y codirectora de la obra, Geraldine Berman. La rumba mestiza de Estopa aporta así la banda sonora que cuenta con 15 artistas de distintas procedencias que cantan, bailan y tocan todos los instrumentos en directo.