«Me pagaban 2,5 euros la hora por hacer las habitaciones de un hotel»

Un 12 % de trabajadores pobres, un paro juvenil del 31 %, empleos que llegan a pagarse a 2,5 euros la hora... Detrás de todo este baile de cifras hay personas. Historias en las que los protagonistas no comen perdices y a las que Cáritas ha puesto rostro a través del informe «Vidas Precarias». Historias como la de Clara Inés, mujer, mayor de 45 años e inmigrante. Quiere trabajar, trabajar de verdad y no enlazar contratosbasura, como el 62% de los llamados trabajadores pobres que acuden a Cáritas para subsistir. Clara POenagos cobra ahora 250 euros al mes por uno de los empleos precarios que va encontrando, vive realquilada y se pregunta «¿por qué no me llaman las empresas para trabajar si tengo experiencia, ganas y aptitudes?». «Es por la edad», se responde a ella misma. Busca trabajo como conseje, pero ha llegado a trabajar por 2,5 euros la hora como camarera de hotel y luego, en el INEM o el SOC, le deniegan las ayudas.

Por miedo a perder el empleo, estos trabajadores admiten condiciones laborales infrahumanas. «Si tu no lo haces, lo hará otro», dicen las empresas. Cáritas denuncia depresiones y proyectos vitales rotos.